01/12/2025
Cuando entré en trabajo de parto, mis padres se negaron a llevarme al hospital. “El ensayo del vestido de tu hermana es más importante”, dijeron. Así que llamé un Uber sola… y fue allí, en el asiento trasero, donde di a luz. Días después, tuvieron la osadía de preguntar si podían conocer a mi bebé.
Ya me habían acusado de querer llamar la atención cuando anuncié mi embarazo. No lo dijeron de manera directa, pero podía verlo en la expresión de mi madre, en el suspiro de mi padre, en la manera en que Isabelle frunció los labios y dijo: “Bueno, eso es inesperado”. Esa era su forma educada de decir “no deseada”. Yo no era deseada.
Aún así, entré en la cocina, sujetándome del respaldo de una silla para mantenerme firme.
“Creo que estoy de parto,” dije, con la voz más baja de lo que quería.
Mi madre suspiró. “Clarice, no seas dramática. Tu fecha de parto es dentro de una semana.”
Apreté los dientes mientras otra ola de dolor me atravesaba, agarrando la silla con más fuerza. “Lo sé, pero está pasando ahora. Mis contracciones se acercan cada vez más. Necesito ir al hospital.”
Por un momento, nadie habló. Entonces Isabelle resopló, sacudiendo la cabeza. “Mamá, no tenemos tiempo para esto ahora. Mi prueba de vestido es en una hora. Ya vamos atrasadas.”
Mi madre asintió, frotándose las sienes. “Tiene razón, Clarice. Es un día importante para Isabelle. Hemos tenido esta cita reservada por meses.”
“Estoy literalmente a punto de dar a luz,” dije, elevando la voz. “¡Necesito ir al hospital!”
Finalmente habló mi padre, con voz calmada y distante. “Llama un taxi si de verdad crees que es tan urgente.” No dijo: “Te llevaremos”. No dijo: “Vamos ahora”. Solo eso. Llama un taxi. Como si fuera una extraña en la calle.
Estaba temblando, y no solo por el dolor.
Mi madre suspiró otra vez, esta vez con irritación. “Clarice, deja de hacer que esto gire en torno a ti. Estarás bien. El primer parto dura horas. Tienes tiempo. Hoy tenemos que concentrarnos en tu hermana.”
¿Qué sucedió después? Mira: [en el comentario]