30/09/2025
DESDE ANTAÑO FUE UNA GRAN MOLESTIA
Las festividades, los cohetes, su costo y la realidad social
A medida que avanza el año, se van presentando las celebraciones de festividades religiosas o aniversarios institucionales donde es costumbre tradicional quemar muchos cohetes, no obstante la aflictiva crisis económica que agobia a hogares y pueblos.
Un cohete de los llamados abellana, cuesta diez soles, si se queman 12 serán 120 soles, si 50, quinientos soles, y así por los traguidos reconocemos que se gastan muchos miles de soles sin ningún provecho, deduciéndose que quemar cohetes, es como quemar billetes inservibles en una hoguera.
¿Qué ventajas proporciona la quema de cohetes? Ninguna.
¿Qué perjuicios ocasiona? Muchos:
1.- Se gasta el dinero, que puede servir para adquirir útiles indispensables en el hogar, en forma innecesaria y viciosa.
2.- Ofrece muchos peligros, amputaciones de las manos del que los quema o sus cercanos a él, provoca incendios y desastres.
3.- Cuando son quemados en el silencio de la noche, perjudican la salud del vecindario, algunos adultos enredados en su trabajo, recién concilian el sueño y son despertados en forma violenta produciéndoles insomnio; otras veces los enfermos, especialmente niños que no pueden el quebranto de su salud, son asustados ante un debilidad cerebral, agravándose su mal, y no hay razón para soportar este mal hábito.
¿Cómo se reemplazaría la devoción de los cohetes?
Sugiriendo a los mayorazgos y devotos, que empleen ese dinero en algo más provechoso, pero siempre en homenaje a la imagen cuya festividad celebran a fin de evitar pérdida de la fe o resentimientos; tales como:
a).- Repartiendo víveres, ropa, frazadas, etc. a las familias más necesitadas, especialmente a los niños huérfanos desamparados.
b).- Obsequiando implementos muy necesarios en los hospitales, así es, guarderías y jardines infantiles.
c).- Contribuyendo a la ejecución de una obra para la propia Iglesia, para las Escuelas o donando libros para las Bibliotecas institucionales.
Por lo expuesto: Conviene a los maestros en las Escuelas, a los Sacerdotes en el púlpito y a los directivos de las instituciones, realizar una intensa propaganda en este sentido, si el mal no se puede desarraigar en los adultos, inculcar esta renovación en las generaciones jóvenes que son más inteligentes, razonables y optimistas.
Si una institución lo realiza y obtiene buenos resultados, las demás seguirán el ejemplo, sugiriéndose especialmente, porque la vida institucional se desliza a través de sugestiones reflejadas en masas con más o menos energía.
¡Ciudadanos de Huacho y Campiña! Menos traquidos de cohetes, menos humo de castillos multicolores; más atención a las Escuelas, más protección a las criaturas desamparadas, más dinero a las obras de progreso local.
J. ALFREDO DE LOS SANTOS C.