22/07/2025
🔥 Dicen que soy el nuevo Neymar y la nueva promesa de Brasil.
Dice que tiene calidad, que heredó los pies de su padre. Lo miran como una promesa, como si su destino ya estuviera escrito. Pero la verdad… es que carga con un peso que nunca eligió.
Su padre es Robinho. Y aunque muchos lo idolatraron por su talento, hoy está alejado del mundo público por una situación judicial que destruyó todo. No solo su carrera. También la vida de su hijo. Porque su nombre ya no inspira respeto, sino dolor.
Cuando Neymar debutó en el Santos, Robinho estaba ahí. Era su época, brillaba con la camiseta número 7, era ídolo. Lo vio nacer como estrella. Y ahora, años después, fue Neymar quien acompañó al hijo de Robinho en su debut. Como si el tiempo se diera la vuelta. Como si las cosas se repitieran… pero con una tristeza más profunda detrás.
Hoy su hijo tiene apenas 17 años. Desde niño vivió rodeado de fútbol, de sueños, de camisetas con historia. Pero también de miradas duras, de palabras que hieren. Nadie imagina lo difícil que es crecer con un apellido marcado. No pidió esa carga. Solo quería jugar, como cualquier chico. Gritar goles, sentirse libre en la cancha… sin que su nombre trajera silencio.
El día de su debut, Neymar lo tomó del hombro, lo miró con ternura, con ese gesto que solo se le da a alguien que uno conoce de toda la vida. Le habló como quien entiende que hay cosas que duelen más allá del fútbol. Que no se elige la historia con la que uno llega al mundo.
Y aunque trató de disfrutar ese momento, por dentro estaba roto. Porque sabía que muchos no lo miraban a él, sino a la sombra de su padre. Porque había quienes querían verlo fracasar, repetir el camino de quien lo trajo al mundo.
Él solo quiere que un día lo vean por lo que realmente es. No por lo que su padre fue. No por lo que su padre hizo. Solo por él.