28/08/2024
La Casa de los Susurros 😱
En un remoto pueblo olvidado por el tiempo, había una casa que todos evitaban. Construida a finales del siglo XIX, la Casa de los Susurros se alzaba imponente en la colina, con sus ventanas rotas y su estructura en ruinas. Nadie se atrevía a acercarse, pues se decía que estaba maldita.
Según la leyenda, la familia que la habitó desapareció misteriosamente una noche de invierno. Los gritos desgarradores y los llantos que emanaban de la casa aquella noche fueron escuchados por los vecinos, pero cuando la policía llegó al amanecer, no encontraron a nadie, solo un silencio abrumador y una extraña sensación de que algo los observaba.
Con el tiempo, la casa cayó en el abandono. Sin embargo, los aldeanos afirmaban escuchar susurros provenientes de las paredes cuando pasaban cerca. Se decía que si alguien osaba entrar, los espíritus de la familia perdida reclamarían su alma, atrapándola en un ciclo eterno de dolor.
Un grupo de adolescentes, desafiando las advertencias, decidió explorar la casa una noche. Armados con linternas y un par de cámaras, se adentraron en la oscuridad. Al principio, todo estaba en silencio, pero conforme avanzaban por los pasillos polvorientos, comenzaron a escuchar los susurros. Voces distantes, apenas audibles, que parecían venir de todas direcciones.
Uno de los chicos, más valiente que los demás, decidió subir al segundo piso, donde supuestamente había ocurrido la tragedia. Al llegar, las luces parpadearon, y una sombra apareció en el fondo del pasillo. Era una figura humanoide, pero sus ojos estaban vacíos y su boca se movía rápidamente, como si susurrara algo incomprensible.
Antes de que pudieran reaccionar, las puertas de la casa se cerraron de golpe, y los susurros se convirtieron en gritos. Las paredes parecían encogerse, y el aire se llenó de un frío antinatural. Los chicos intentaron escapar, pero era como si la casa tuviera vida propia, atrapándolos en su interior.
Esa fue la última vez que alguien vio a los adolescentes. La casa de los susurros quedó cerrada para siempre, y aquellos que aún viven en el pueblo afirman que,