20/02/2025
MI COLEGA LLEGÓ A MI CITA CON SUS 3 HIJOS Y ME LO ARRUINÓ. CUANDO ME ENFRENTÉ A ELLA, ME DIJO CON DESCARO: "¡DEBERÍAS DARME LAS GRACIAS!".
Se suponía que la tercera cita con Susan iba a ser la vencida. La había conocido en Tinder – encantadora, ingeniosa, guapísima. Después de dos agradables cenas y un paseo por el parque, pensé que la cosa iba por buen camino y elegí un acogedor restaurante italiano.
Pero, cuando el camarero colocó la panera en nuestra mesa, la puerta se abrió con una ráfaga de aire. Pero, cuando el camarero colocó la panera en nuestra mesa, las puertas se abrieron con una ráfaga de aire. Allí estaba – Linda, mi colega, con sus tres hijos de 2, 8 y 12 años.
"Hola, cariño", me dijo Linda, deslizándose a mi lado. Su hijo pequeño se agarró a su cadera mientras los dos mayores se apretujaban en el lado de la mesa de Susan como si fuera el suyo.
"Linda, ¿qué haces aquí?", tartamudeé.
"Oh, no seas tonto", dijo, poniendo una mano sobre la mía. "Prometiste cuidar a los niños esta noche, ¿y aquí estás cenando con ella?". Señaló a Susan, que parecía a punto de estallar.
"¿Perdona?", siseó Susan.
"SOMOS UNA FAMILIA", dijo Linda, señalando a sus hijos, que ahora comían alegremente nuestros palitos de pan. "NO PUEDES ABANDONARNOS ASÍ. ESTABAN TAN EMOCIONADOS POR VERTE ESTA NOCHE".
"Linda, ¿qué demonios estás haciendo?", susurré, con la cara ardiendo.
Susan ya estaba harta. Cogió su bolso. "Está claro que tienes... asuntos pendientes", espetó, saliendo furiosa.
Me volví hacia Linda, con la voz temblorosa. "¡ACABAS DE ARRUINAR MI CITA!".
No se inmutó, se echó hacia atrás mientras su hijo mordisqueaba un panecillo. "DEBERÍAS DARME LAS GRACIAS.
"¿Gracias? ¿Por qué?", ⬇️