
03/09/2025
HAY ABRAZOS QUE APARENTAN
Y ABRAZOS QUE PROTEGEN PARA
SIEMPRE
En la vida todos hemos recibido abrazos. Algunos son gestos rápidos, casi automáticos, que parecen llenar un protocolo social, pero en el fondo carecen de calor verdadero. Son abrazos que aparentan, que se sienten vacíos, sin esencia, sin entrega. Y aunque puedan durar unos segundos, no logran sanar ni dejar huella en el corazón.
Sin embargo, existen abrazos diferentes… abrazos que van más allá del contacto físico. Son aquellos que transmiten refugio, paz y seguridad. Un abrazo sincero puede detener el ruido del mundo, puede recordarte que no estás solo y que alguien se preocupa por ti de verdad. Esos son los abrazos que protegen, los que trascienden el tiempo, porque aun cuando la persona no esté, el recuerdo de ese gesto sigue envolviendo el alma.
Dios también nos ofrece ese tipo de abrazo eterno. No es un simple acto de apariencia, sino un refugio seguro en medio de nuestras batallas. Cuando nos acercamos a Él, encontramos un abrazo que no termina, un amor que no finge ni se desvanece. Su abrazo permanece, fortalece y transforma.
Porque hay abrazos que aparentan… pero los de Dios protegen para siempre.