01/11/2025
¡OJO GALLEROS! EL CONGRESO QUIERE BLINDAR LAS PELEAS DE GALLOS COMO CULTURA
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Autoría: Equipo Técnico de Perú Gallero
Hoy más que nunca hay que estar atentos. En el Congreso se están moviendo fichas que pueden cambiar el rumbo de la gallística en el Perú. Algunos congresistas están impulsando leyes para reconocer la pelea de gallos como manifestación cultural del país, y otros, desde sus bancadas, buscan eliminarla por completo. Este tema no es menor, es serio, y nos toca mirarlo de frente y sin miedo.
La gallística, lo sabemos bien, no es solo una pelea. Es una tradición que se ha criado en nuestras chacras, en los pueblos, en las canchas y en la sangre de mucha gente que vive de esto. Detrás de cada gallo hay un criador, un comerciante, un juez, un entrenador, una familia que depende de esta afición. Por eso muchos defienden que se reconozca como parte de la cultura peruana, igual que otras costumbres rurales.
Uno de los proyectos más sonados en defensa de las tradiciones culturales es el Proyecto de Ley N.º 2828/2022-CR, presentado por el congresista José Elías Ávalos, y respaldado políticamente por Juan Bartolomé Burgos Oliveros junto a otros parlamentarios.
Esta iniciativa busca declarar la gallística y la tauromaquia como manifestaciones del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, reconociendo su arraigo histórico, social y económico en distintas regiones del Perú.
Detrás de esta propuesta se encuentran varios congresistas que firmaron su apoyo y respaldo en la Comisión de Cultura, entre ellos Edgard Reymundo, Héctor Acuña, Víctor Flores, Mery Infantes, David Jiménez, Alejandro Soto, Isaac Mita, Carlos Alva, Germán Tacuri y Margot Palacios.
El dictamen abre la posibilidad de que la afición gallera cuente con una base legal más sólida y un reconocimiento oficial, reforzando lo que ya establece la Ley N.º 30407, que exceptúa de sanción a las peleas de gallos y corridas de toros por su condición cultural.
También hay otro proyecto importante, el 04622 del 2019, donde se propuso reconocer al Gallo Navajero Peruano como raza nacional, algo que para muchos criadores es motivo de orgullo. Ese proyecto fue firmado por Dalmiro Palomino Ortiz, Elard Melgar Valdez, Ángel Neyra, Freddy Sarmiento y Víctor Albrecht, entre otros. Lo que buscaban era dar identidad y protección a la raza que representa al gallo peruano en el mundo.
Ahora bien, así como hay congresistas que apoyan, también hay quienes están en contra. La parlamentaria Susel Paredes, por ejemplo, ha dicho públicamente que estos proyectos son un retroceso, que el Perú debería seguir el ejemplo de otros países que han prohibido las peleas. Y detrás de esa postura hay movimientos animalistas y sectores urbanos que no entienden lo que representa la gallística en los pueblos.
Y aquí viene lo que muchos prefieren callar: hay galleros que hoy militan o simpatizan con esos mismos partidos que atacan nuestra afición. Sí, compañeros, hay criadores, empresarios y aficionados que levantan el grito en las canchas, pero al mismo tiempo apoyan políticamente a quienes en el Congreso buscan borrar la gallística del mapa. Eso tiene que hacernos pensar. No se puede defender la tradición con una mano y votar en contra de ella con la otra.
Este es el momento de abrir los ojos y tener memoria. La política es cambiante, pero las leyes que nos afectan quedan por años. Por eso, en las próximas contiendas electorales, debemos saber a quién darle el voto, quién realmente entiende la cultura del campo, la crianza, la herencia y la economía que se mueve detrás de la gallística. No se trata de colores ni partidos, se trata de conciencia. Si queremos que nuestra afición sobreviva, debemos apoyar a quienes la respetan, no a quienes la usan como discurso para ganar aplausos fáciles.
La gallística está en medio de una guerra política. Unos la defienden para ganarse el respaldo del campo, y otros la atacan para quedar bien con los medios. Pero mientras tanto, el criador de a pie sigue trabajando, criando, invirtiendo, sin saber si mañana le van a cerrar su cancha o lo van a multar por seguir su tradición.
Por eso este es el momento de unirnos, de informarnos y de actuar con cabeza fría. No se trata de pelear por pelear, sino de entender el panorama político. Si se aprueban los proyectos de ley, la gallística tendrá reconocimiento, respaldo y podrá avanzar hacia la formalización. Pero si seguimos divididos y desorganizados, cualquier gobierno puede aprovechar el vacío legal y meternos en el mismo s**o del maltrato animal.
La clave está en demostrar que esta afición puede ser moderna, responsable y cultural. Que criamos con respeto, que educamos, que no somos clandestinos. Que el gallo no solo pelea, sino que representa historia, genética y orgullo peruano.
Así que, galleros, mantengan los ojos abiertos. Revisen quién está detrás de las leyes, qué se discute en el Congreso, y no se dejen sorprender por los discursos de moda. Porque si no defendemos nuestra tradición con argumentos y organización, otros la van a decidir por nosotros.
Perú Gallero: donde la afición se educa, la tradición se respeta y la crianza se hace con responsabilidad.