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El Monitor ediciones El Monitor ediciones es una nueva editorial independiente, especializada en divulgar estudios e historias sobre el Perú.

01/12/2025

Errol Flynn held a stack of production reports from Captain Blood in 1935, reports showing that Warner Bros. had originally hired him for a minor supporting role, even though he had already spent years training himself in fencing, sailing, and stage performance to prove he could carry an entire adventure film. The studio saw a gamble. Flynn saw his opening.

His path to Hollywood had looked nothing like the polished image that would later define him. In the early 1930s, Flynn performed in small theater companies in London and toured with an acting troupe in Australia. Receipts from those years show him earning just a few pounds per week. But he filled the margins of his scripts with notes on posture, phrasing, and swordplay. He treated swashbuckling not as charm but as craft.

When Captain Blood fell behind schedule, producers needed a fresh lead. Flynn’s screen test convinced them. Studio memos from June 1935 describe him as “untrained but magnetic.” Flynn understood the stakes. He requested fencing sessions with instructor Fred Cavens and rehearsed sword sequences long after the crew had gone home. Cavens later recalled that Flynn “practiced until the saber felt like part of his hand.”

The risk paid off. Captain Blood premiered in December 1935 and turned Flynn into a sensation. Audiences loved the mix of precision and spontaneity he brought to every scene. Warner Bros. soon cast him in The Adventures of Robin Hood, a production that required rigorous physical work. Archery logs from the 1938 shoot show Flynn attending extra training sessions, determined to make each arrow strike believable.

Behind the glamour, Flynn valued camaraderie. Crew members remembered him greeting technicians by name, sharing meals between setups, and rehearsing complex stunts with genuine teamwork. His curiosity about sailing, history, and literature shaped how he played larger than life characters.

Errol Flynn did not become Hollywood’s iconic swashbuckler through luck or image. He earned it through discipline, charm used as a tool rather than a crutch, and a commitment to making adventure feel as real as the world he came from.

28/11/2025

Anthony Perkins sigue siendo, más de seis décadas después del estreno de *Psicosis*, un rostro que encarna las grietas más hondas del cine y de la condición humana. Su nombre se fundió para siempre con Norman Bates, el asesino reprimido que Alfred Hitchcock convirtió en símbolo del terror moderno. Pero detrás de ese personaje había un hombre sensible y atormentado, marcado por la culpa, la represión y la necesidad de esconderse en un Hollywood que castigaba la diferencia. Perkins no solo interpretó la oscuridad: la cargó en su propia piel, como una herida que nunca cicatrizó.

Nacido en Nueva York en 1932, hijo del actor Osgood Perkins y de Janet Rane, Anthony creció entre ausencias y silencios. Su padre viajaba constantemente y su madre se convirtió en un refugio ambiguo, mezcla de ternura y miedo. Cuando Osgood murió de un infarto, Anthony tenía apenas cinco años. “Había deseado que mi padre muriera, y cuando eso sucedió, creí que yo lo había matado”, confesó décadas más tarde. Esa culpa infantil lo acompañó como un fantasma, moldeando un carácter introspectivo y frágil que Hitchcock supo leer con precisión: la vulnerabilidad perfecta para dar vida a Norman Bates.

Antes de ser el monstruo de *Psicosis*, Perkins fue la gran promesa del Hollywood clásico. Su talento lo llevó de Broadway al Óscar, y su rostro delicado lo convirtió en galán intelectual de una generación. Pero el estreno de *Psicosis* en 1960 lo cambió todo. El público quedó fascinado y horrorizado, y la industria lo encasilló en la oscuridad. Perkins compró su contrato con Paramount y huyó a Europa, buscando papeles que lo liberaran del estigma. Sin embargo, el peso de Bates lo siguió siempre, como una sombra que no se despega. “En la mitología familiar, *Psicosis* fue más una maldición que una bendición”, diría años después su hijo Oz.

En 1972, en una fiesta organizada por Ruth Ford, Anthony conoció a Berry Berenson. Ella tenía 24 años, pero lo había amado desde los 14, cuando lo descubrió en *Phaedra*. Se llevaban 16 años, pero esa diferencia no impidió que Berry se convirtiera en su refugio. Perkins, marcado por la culpa y la represión, encontró en ella una ternura incondicional. “Él es preciso e intenso; yo soy más tranquila. Hay un equilibrio que nos mantiene juntos”, decía Berry. Su matrimonio en 1973 fue descrito como inesperado, pero estable: ella lo idolatraba, él se dejaba sostener por su dulzura. En esa unión improbable, Berry ofreció la calma que Perkins nunca había conocido.

La vida íntima de Perkins estuvo atravesada por rumores y silencios. Se habló de romances con Tab Hunter, Rudolf Nureyev e incluso con Rock Hudson, otro ídolo que moriría de sida en 1985. Cuando Anthony contrajo VIH, lo supo de la manera más cruel: en 1990, el tabloide *National Enquirer* publicó su diagnóstico antes de que él pudiera procesarlo. Perkins nunca habló públicamente de su enfermedad; eligió mantenerla en secreto, incluso frente a amigos cercanos. El silencio fue su escudo, pero también su condena. Murió en 1992, a los 60 años, dejando un mensaje póstumo que revelaba su aprendizaje: “El sida no es venganza de Dios, sino una lección de amor y compasión”.

Nueve años después, el destino volvió a golpear. Berry Berenson, que había acompañado a Perkins hasta el final, abordó el vuelo 11 de American Airlines el 11 de septiembre de 2001. El avión fue secuestrado y estrellado contra la Torre Norte del World Trade Center. La mujer que había amado al actor desde la adolescencia murió en uno de los episodios más oscuros de la historia contemporánea. Su vida, marcada por la dulzura y la devoción, se apagó en un instante, cerrando un ciclo de tragedias que parecía perseguir a la familia.

A pesar de ese doble golpe, los hijos de la pareja encontraron una forma de transformar el dolor en creación. Oz Perkins se convirtió en uno de los directores más interesantes del nuevo cine de terror, con películas como *Gretel & Hansel* (2020), *Longlegs* (2024) y *The Monkey* (2025). Su cine, cargado de atmósferas inquietantes, parece dialogar con la sombra de Norman Bates, pero desde una mirada liberadora. Elvis Perkins, por su parte, eligió la música: sus canciones exploran la melancolía heredada de su padre, pero también la posibilidad de sanar a través del arte.

La historia de Anthony y Berry es la de un amor improbable que resistió silencios y prejuicios, pero que terminó marcado por dos tragedias consecutivas. Sin embargo, sus hijos han convertido ese legado en una obra liberadora, demostrando que incluso las vidas atravesadas por la culpa y el dolor pueden dejar un eco de belleza y resiliencia.

25/11/2025
25/11/2025
25/11/2025
24/11/2025
22/11/2025

Según la leyenda, los hermanos gemelos Rómulo y Remo fueron abandonados y los amamantó y crio una lupa (loba). Y ahora una pregunta: ¿fueron amamantados por una loba de 4 patas… o de dos? Compro lo de que fueron abandonados, porque en Roma, los recién nacidos tenían que enfrentarse al veredicto del paterfamilias: sublatus (tomarlo) o expositus (expuesto, abandono). Si lo recogía del suelo, significaba que lo aceptaba, lo legitimaba y pasaba a g***r de todos los derechos y privilegios como miembro de la familia. Si por el contrario no eran aceptados, el hijo era expuesto, es decir, era abandonado.

Lo de que una loba los amamantó… Lo más fácil es que se los hubiese merendado y que, realmente, los crío una de dos, porque lupa, en latín, además de loba es p**a. Y de ahí, por ejemplo, viene el término lupanar, que es un prostíbulo. Pero claro, para los hijos de la Urbe decir que son hijos de p**a, es muy fuerte. Así que, en una de las mejores campañas de marketing de la historia le dieron la vuelta y se inventaron la leyenda que ha llegado hasta nuestros días.

Por cierto, según el filósofo Virgilio Ortega, autor de "Palabralogía" o "Palabrotalogía", libros que recomiendo encarecidamente, en latín había más de 70 formas de decir p**a (dependiendo de donde ejerce, de cómo, de lo que cobra, de su físico…). Por ejemplo, la que ejercía «delante del prostíbulo, mostrándose sin moverse del sitio» se denominaba prostíbula; la que venía de fuera, sobre todo de Grecia o de la recién conquistada Jerusalén, se designaba peregrina; la que trabajaba de noche era noctiluca; la culibonia podía traducirse como la de «buen culo»; la meretriz viene del verbo mereor, que significa ‘merecer’, o sea alguien ‘que se lo ha trabajado y se lo merece’; culiola si ofrecía el ano o «culeaba bien»; gaditana —por la se*******ad de los bailarinas de Gades, Cádiz—; quadrantaria, por ser barata y alquilarse por ‘la cuarta parte’; los arcos de la planta baja del Coliseo romano, denominados fornices son el origen etimológico del verbo fornicar, ya que bajo aquellos arcos cobraban por sus servicios las fornicatrices; las delicatae eran las p**as de lujo a las que únicamente tenían acceso los más poderosos (las que ahora se eligen con un catálogo y se les pone un pisito); las famosae, mujeres que sin ninguna necesidad, por su posición social, practicaban s**o por puro place (caso más conocido Valeria Mesalina, esposa del emperador Claudio); las copae ejercía en la caupona (era una tienda de bebida rápida y comidas frías ya preparadas); las forariae ejercían en los caminos rurales próximos a Roma y sus principales clientes eran los viajeros; las bustuariae, cerca de cementerios… y claro está, p**a, que era p**a.

En la sociedad grecorromana el concepto de “pecado” y “homosexual” no existen, así que no era nada extraño que en aquellos lupanares pudiésemos encontrarnos chicos al servicio de todo tipo de clientes. Lo importante no era con quien te acostabas, sino que rol jugabas en la relación, activo o pasivo. Y cómo no, también había varias categorías:
Pathici: pasivos
Ephebi: adolescentes
Fellatores: feladores
Spadones: impotentes
Amasii: para relaciones prolongadas

22/11/2025

- Cuiden sus conejitos...
Estamos en 1987 y nos encontramos en el rodaje del momento “cumbre” de “Atracción fatal”. Una película que le fue ofrecida a los directores John Carpenter y Brian De Palma pero terminó en manos de Adrian Lyne, quien hizo una gran apuesta filmando un thriller donde todo se jugó a fondo y sin vueltas.
Antes de seguir aclaramos que esta es una nota con spoilers, de todas maneras la película ya tiene 36 años y si no la viste es por que no te interesa.
Christopher Reeve (Superman) rechazó el papel de Dan Gallagher que finalmente tomó Michael Douglas y Faye Dunaway, Mia Farrow y Anjelica Huston fueron tenidas en cuenta para el personaje de Alex Forrest que quedó a cargo de Glenn Close.
Una de las primeras cosas que a uno le enseñan cuando va a estudiar guion cinematográfico es que la mayoría de las historias comienzan con “chico conoce chica” (o al revés obviamente). Y a Dan Gallagher (Michael Douglas) esto le terminó saliendo mal… mejor dicho, horriblemente mal.
Durante unos días que su esposa y su hija salen de la ciudad, él termina teniendo una aventura con Alex Forrest (Glenn Close) a quien conoció por cuestiones laborales. Cuando él le da a a entender a Alex que la relación fue algo pasajero, ella no lo acepta y todo se pone sumamente complicado. En este caso "la Chica que conoció al chico" intenta matar a toda su familia (y empezando por su conejo).
Como decíamos al comienzo, la historia original terminaba de otra manera. (Pongo un mega SPOILER ALERT por que se revela el final, de todas maneras repito, después de 37 años no se aceptan cacareos). En la historia original Alex se suicidaba cortándose el cuello mientras escuchaba “Madame Butterfly” y listo. Pero La productora Sherry Lansing, la primera mujer en presidir un estudio de Hollywood recuerda que llegaron a hacer hasta seis funciones de prueba: "Y en todos ellos, cuando Beth (Anne Archer, que interpretaba a la mujer del Douglas) decía ‘si te vuelves a acercar a mi familia, te mataré’, la audiencia aplaudía enfervorecida. El presidente del estudio me dijo ‘Estoy totalmente seguro de que el público quiere que Beth mate a Alex’. Y yo lo miré en silencio, porque pensé que estaba loco".
Michael Douglas coincide: "El público deseaba fervientemente matar a Alex, no permitirle que se suicidase".
Las mujeres del equipo se sintieron devastadas ante la propuesta de rodar un nuevo final. Glenn Close se negó categóricamente, y luchó durante dos semanas para que quede el final original porque sentía empatía hacia su personaje. Según recuerda Lansing, Alex era "una mujer totalmente perturbada y que luchaba contra una enfermedad mental... pero era muy fuerte".
Douglas (que al haber producido tenía una mirada mas amplia) intentó convencer a su compañera y le dijo: "quizá no sea el mejor final para tu personaje, pero es el mejor para la película". Close no le respondió pero le pidió consejo a un viejo compañero del camino: "William Hurt me dijo ‘ya has dejado claro lo que piensas, ahora es tu responsabilidad ayudar al equipo, aguantarte y hacerlo´”.
Párrafo aparte merece el caso del director. A Adrian Lyne también le repugnaba el nuevo final, pero lo convencieron con un cheque de 1 millón y medio de dólares por rodar esa escena extra.
Una vez rodado el bendito nuevo final, Glenn Close se limitó a llorar en silencio mientras era abrazada por Shelley Lansing quien la consolaba mientras la enorme actriz reconocía su derrota.
“Atracción fatal” fue un fenómeno cultural y de masas, fue la película mas vista en todo el mundo ese año y la candidatearon a seis Premios Oscars aunque no ganó ninguno.
La película se estrenó inicialmente en Japón con el final original. Este también apareció en la edición en VHS y LaserDisc lanzada en 1992 y en la versión en DVD años después.
Glenn Close todavía conserva el cuchillo que usó en la película.
Lo tiene colgado como un adorno en su bella cocina.

18/11/2025

La palabra "jaque mate" proviene de la expresión persa shāh mãt, que significa "el rey está indefenso"

Sus orígenes se remontan a la antigüedad. El ajedrez, nacido en la India bajo el nombre de chaturanga, fue adoptado por los persas, quienes refinaron sus reglas y dieron al juego un vocabulario que aún perdura. En persa, shah queria decir "rey", mientras que mat evocaba derrota o impotencia.

Juntas, las palabras señalaban el instante en que el monarca ya no podía escapar: un final decisivo y dramático.
A medida que el ajedrez viajó hacia occidente a través del mundo islámico y llegó a Europa en la Edad Media, la expresión se transformó. En francés antiguo se convirtió en eschec mat, y en el inglés medio evolucionó en checkmate.

Aunque el sonido fue cambiando, el sentido permaneció: la caída inevitable del poder cuando no hay salida posible.
Este recorrido cultural revela cómo el lenguaje y el juego se entrelazan.

Lo que comenzó como un término en labios persas sigue vivo hoy en millones de partidas en todo el mundo. Con cada "jaque mate", revive la imagen del rey indefenso de la antigua Persia.

03/11/2025

Armand Mattelart (1936 – 2025)
Pensar la comunicación como política del mundo

En la madrugada del viernes 31 de octubre, en París, se despidió uno de los intelectuales más influyentes del campo de la comunicación contemporánea: Armand Mattelart, teórico belga radicado en Francia, cuya trayectoria marcó profundamente el pensamiento crítico sobre los medios, la cultura y la globalización.

Nacido en Lieja, Bélgica, el 8 de enero de 1936, Mattelart se formó en Derecho y se especializó en Demografía antes de convertirse en uno de los grandes nombres de la Economía Política de la Comunicación. Su recorrido fue singular: partió de Europa hacia América Latina en los años sesenta y, en Chile, encontró el espacio donde su pensamiento alcanzaría madurez.

Durante el gobierno de Salvador Allende, Mattelart se desempeñó como profesor en la Universidad Católica de Valparaíso y participó en un vibrante movimiento intelectual orientado a la crítica de los medios de comunicación de masas. Fue en ese contexto que, junto a Ariel Dorfman, publicó la obra que lo haría mundialmente reconocido: Para leer al Pato Donald (1971), un análisis magistral sobre las ideologías presentes en las narrativas de la cultura de masas y en el imperialismo cultural.

Con el golpe militar de 1973, Mattelart se vio obligado a dejar Chile. Se estableció en Francia, donde consolidó una notable carrera académica, convirtiéndose en profesor emérito de la Universidad de París VIII (Vincennes–Saint-Denis). Desde allí, su influencia se expandió a todos los rincones del mundo, orientando a generaciones de investigadores en América Latina, Europa y África.

Autor de decenas de obras traducidas a varios idiomas entre ellas La Comunicación-Mundo, Multinacionales de la Comunicación, La Invención de la Comunicación y, junto a Michèle Mattelart, Historia de las Teorías de la Comunicación. Armand dedicó su vida a comprender cómo la circulación global de la información moldea las relaciones de poder y las formas de vida contemporáneas.

En toda su producción, Mattelart defendió una idea central: la comunicación es un campo de disp**a política, y comprender sus mecanismos es esencial para cualquier proyecto emancipador. Para él, democratizar la información significaba también democratizar la sociedad misma.

Reconocido por su lucidez y rigor intelectual, se mantuvo activo incluso en los últimos años, observando con atención y preocupación las nuevas formas de concentración mediática y la influencia de las plataformas digitales en la esfera pública.

Con su partida, el campo de la comunicación pierde a uno de sus pensadores más coherentes y visionarios: un intelectual comprometido con la transformación social y con la esperanza de que la comunicación pueda ser instrumento de libertad y no de dominación.

La Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social (FELAFACS) se solidariza con su familia y se une a la comunidad académica internacional en los homenajes a tan importante pensador.

Por Gilson Pôrto Jr., Coordinador de la Regional Brasil de FELAFACS.

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Lima

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