06/12/2024
Nos enseñaron a avanzar, a no mirar atrás, a seguir las órdenes y cumplir con el deber. Pero nadie habla de las noches en las que el silencio pesa más que el equipo que llevamos encima. Nadie te advierte sobre las memorias que se graban en tu mente como heridas imposibles de cerrar.
En el campo, somos hermanos, no por elección, sino porque la vida nos puso en el mismo lugar, enfrentando el mismo peligro. Cada paso, cada misión, cada momento compartido se convierte en un vínculo más fuerte que la sangre. Y aun así, llevamos dentro la carga de las ausencias, de los que no volvieron, de las promesas que no pudimos cumplir.
Luchamos por algo más grande que nosotros mismos, por un ideal, por nuestras familias, por la bandera que defendemos. Pero, ¿quién lucha por lo que queda de nosotros cuando regresamos? ¿Quién entiende el sacrificio detrás de cada mirada perdida, detrás de cada silencio prolongado?
Ser soldado no es solo portar un arma o vestir un uniforme. Es cargar con historias que nunca serán contadas, con cicatrices que no se ven, con una responsabilidad que pocos pueden comprender. Pero aun así, seguimos adelante. Porque aunque a veces la batalla interna parezca más dura que la externa, sabemos que nunca estamos solos. Somos más que soldados, somos una familia, una hermandad indestructible."