20/10/2025
Érase una vez en Marsella, durante los años 50, cuando Marruecos, Túnez y Argelia recién se independizaban de Francia. Miles cruzaron el Mediterráneo buscando un nuevo comienzo, y fue aquí, en este puerto, donde África y Europa se dieron la mano.
Marsella era la puerta de entrada al continente, y con los años se llenó de acentos, aromas y miradas del norte de África y del África subsahariana. Hoy, esa mezcla sigue viva: en sus calles, en su música, en sus mercados.
Muchos me advirtieron que no viniera, que “ya no es Francia”, que es peligrosa, caótica, impredecible. Y sí, algo de eso hay, pero también hay una belleza cruda.
Yo caminé por sus calles, hablé con su gente, sentí su ritmo… y entendí que hoy por hoy algunas ciudades en Francia también lucen así 🇫🇷