20/10/2025
"He pasado tanto tiempo enojada que incluso yo llegué a creer que la rabia era mi estado natural. Que así era yo: fuerte, arisca, difícil de entender. Pero la verdad es que, en el fondo, esa rabia nunca fue otra cosa que tristeza... una tristeza tan profunda y silenciosa que no sabía cómo explicarla sin que me rompiera por dentro. Y como no supe llorarla, aprendí a gritarla. Como no supe pedir ayuda, aprendí a empujar. Y como no supe cómo sanar, terminé escondiéndome detrás del enojo."