
21/08/2025
Descubrirse a través de la robótica: confianza, colaboración y propósito en el aula
Los padres que observan a sus hijos en ferias de robótica o competencias intercolegiales notan algo distinto: más allá de la emoción por el robot en movimiento, hay orgullo, seguridad y sentido de pertenencia. No es solo “programé esto”, es “yo fui parte de algo que funciona, que se presentó, que se celebró”. Y eso marca la diferencia en el desarrollo emocional de la infancia y la adolescencia.
Además, la robótica conecta con valores como el respeto, la perseverancia y la honestidad. Desde el trabajo con Bee-Bot en inicial hasta los desafíos con EV3, el proceso exige claridad en la comunicación, solidaridad en el esfuerzo y ética en el resultado. El aula se convierte en una comunidad de aprendizaje vivo, donde la tecnología no aísla, sino que une.
Por eso, cuando hablamos de robótica educativa, hablamos de mucho más que innovación. Hablamos de educación con propósito emocional, social y formativo. De enseñar no solo para el futuro laboral, sino para el presente emocional. Porque cuando un estudiante cree en lo que hace, cree también en sí mismo.