
17/07/2025
El alcance del pecado es total no en un sentido meramente geográfico, sino también en la vida de cada individuo. El pecado afecta la totalidad del ser humano: la voluntad (Jn 8.34; Ro 7.14–24; Ef 2.1–3; 2P 2.19); la mente y el entendimiento (Gn 6.5; 1Co 1.21; Ef 4.17); los afectos y las emociones (Ro 1.24–27; 1Ti 6.10; 2Ti 3.4); igualmente la conducta y expresión externa de la persona (Mr 7.21s; Gá 5.19–21; Stg 3.5–9); y también, a menudo, las condiciones sociales en la forma de sistemas sociales y políticos opresores, como “pecado estructural”. El pecado, además de penetrar el corazón del indviduo, puede instalarse dentro de las estructuras políticas de una nación o
comunidad (Am 2.4–8; 5.7–15; Ap 13.1–17).
BRUCE MILNE
Compendio de la doctrina cristiana