16/07/2023
| Hace treinta y un años, un 16 de julio de 1992, un automóvil Datsun con cuatrocientos kilos de explosivos fue abandonado en la calle Tarata, en el corazón de Miraflores, por un pequeño comando de integrantes de Sendero Luminoso. La terrible explosión no sólo destruyó los edificios de departamentos y comercios adyacentes, sino que mató a veinticinco civiles inocentes y dejó heridas a unas doscientas personas, además de cientos de damnificados.
La desgracia ocurrida aquel día alertó a ciertos sectores de la sociedad alta limeña que recién advirtieron de la violencia subversiva que ya se vivía en el interior del país y en las zonas marginales de la capital desde los ochenta. Desde luego, la masacre fue utilizada por la dictadura fujimorista para endurecer su política de guerra sucia contra Sendero. Dos días después, serían desaparecidos los estudiantes de La Cantuta, falsamente acusados de haber cometido el atentado, dado que la Comisión de la Verdad señalaría después que fue un grupo de cuatro militantes senderistas del Comité Metropolitano de Sendero bajo órdenes directas de Abimael Guzmán, quien falleció en prisión hace 2 años.
En setiembre del 2018, la cúpula senderista fue sentenciada por la Sala Penal Nacional a una nueva cadena perpetua, confirmando en el juicio que fueron ellos los responsables de llevar el horror del campo a la ciudad, en su afán por aterrorizar a los limeños del mismo modo que venían haciéndolo con los campesinos e indígenas.
➤➤ https://la-plaza.net/.../fotos-terrorismo-sendero-fujimori/