29/06/2025
Juan López, Campéon del Mundo.
Posiblemente para los “heaters”, odiadores de la historia y de ciertos recordatorios del fútbol ecuatoriano, el nombre de Don Juan López, les resulte poca cosa, especialmente aquellos que creen que la leyenda empezó cuando apareció el VAR.
Los temas del ayer son válidos, más aún cuando desde el extranjero, llegan directores técnicos y futbolistas, casi desconocidos, a quienes se les paga un “pilo” de “billusos” sin aportar nada al balompié ecuatoriano.
Tratando de “lamparear” con “PowerPoints”, con esquemas de juego, que los jugadores la escuchan, pero no le “paran bola”, porque el fútbol es de inspiración y no “probeta de ensayo”, en la cancha el jugador es el protagonista, el resto es cuento.
En este escrito, hacemos referencia de uno de los más notables entrenadores que dirigió a la selección ecuatoriana, Don Juan López Fontana, quien llegó al país, cuando todavia el fútbol ecuatoriano era incipiente.
La parte más excelsa del uruguayo, Don Juan López, haber sido Campeón del Mundo en 1950, dirigiendo a la selección uruguaya, de donde se originó lo del famoso “Maracanzo”, la selección uruguaya aquel día de la final de la Copa del Mundo, derrotó 2 x 1 al anfitrión Brasil.
Ante 200 mil hinchas brasileños, mudos testigos, que asistieron al majestuoso estadio Maracaná, llorar ante el triunfo de los “Charrúas” en su propio “Templo”. Esta gesta futbolera, mantuvo al fútbol uruguayo, con el ego inflado por décadas.
López, fue contratado por la entonces Federación Deportiva Nacional del Ecuador, hoy Federación Ecuatoriana de Fútbol, para que sea el D.T. de nuestra “Tricolor” en el Campeonato Sudamericano Extraordinario, que tuvo como sede a Guayaquil en 1959.
Después, estuvo al frente del combinado ecuatoriano, en lo que sería, la primera vez que Ecuador participó en Eliminatorias Sudamericanas, para el Mundial Chile 62.
Sin duda, “algunitos” van a saltar como “ranas”, para decir no ganaron nada y algunas otras criticas y ofensas medias “tarúpidas”.
Al menos, Don Juan, no vino a sacarse selfies con sombreros de paja toquilla, Juanito López, aterrizó en Guayaquil con una Copa del Mundo bajo el brazo y no a ganarse el sueldo a “vaca mu”, tampoco vino con infulas de “vamos a revolucionar” el fútbol ecuatoriano.
Arribó, cuando el fútbol en el país todavía “gateaba” y el Campeonato Ecuatoriano apenas era un experimento, se jugaba más por dignidad que por billetes.
La mayoria de los futbolistas ecuatorianos combinaban el trabajo particular con el fútbol, no había el profesionalismo como ahora.
Recordar a Juan López, es el paso de un histórico en el mundo del fútbol por Ecuador, un símbolo con experiencia y no como vendedor de humo con cláusulas millonarias.
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