
11/07/2025
LUIS TRIGOSO: EL VICEGOBERNADOR QUE DISPARA POR LA ESPALDA
En Moquegua, donde el presupuesto fue mutilado por el Ejecutivo y las obras públicas amenazan con paralizar, hay un actor político que ha decidido cambiar de bando sin moverse de su silla. Luis Trigoso Palao, vicegobernador regional y economista de profesión, ha optado por el papel más cínico de todos: el de crítico interno que lanza piedras contra el techo de su propia casa.
Lucho Trigoso preside el Comité de Seguimiento de Inversiones del Gobierno Regional. Tiene acceso directo a toda la información financiera, participa en las sesiones de gestión y forma parte del aparato que aprueba y ejecuta el gasto público. Sin embargo, hoy en el foro sobre el uso del canon minero, se presentó como una víctima desinformada, asegurando que “no sabe de dónde salieron los 26 millones de soles” que financiaron los programas sociales Mujeres Chamba y Jóvenes Chamba.
El vicegobernador no solo cayó en una contradicción grosera, sino que reveló algo más profundo: su ambición política ha comenzado a pesar más que su responsabilidad de gestión. Y eso lo convierte en un riesgo para una región que necesita unidad, claridad y liderazgo.
CRÍTICAS CON OLOR A CAMPAÑA
Luis Trigoso no está en contra de los programas sociales, dice. Pero los cuestiona en público. No está en contra de la movilización social, aclara. Pero la acusa de ser obra de “izquierdistas”. No se opone a la gestión, afirma. Pero suelta que el entorno de la gobernadora “le hace daño a la política regional”.
Ese doble discurso solo puede explicarse desde un punto de vista: Trigoso ha iniciado su propia campaña política. Habla como técnico, pero actúa como candidato. Lanza ataques con cálculo milimétrico, buscando posicionarse como “la voz racional” frente a una supuesta desorganización. Pero lo cierto es que su voz suena más a deslealtad institucional que a análisis económico.
Y para colmo, lo hace justo cuando la gobernadora Gilia Gutiérrez gestiona en Lima la recuperación de los 115 millones de soles recortados por el Ejecutivo Nacional, compromiso asumido públicamente por la presidenta Dina Boluarte en Consejo de Estado. Mientras Gutiérrez toca puertas, Trigoso se dedica a cerrarlas desde adentro.
EL ECONOMISTA QUE IGNORA LA LEY DEL CANON
En su condición de economista, el vicegobernador debería conocer la Ley N.º 27506, que regula el uso del canon minero. Esta norma permite —y promueve— la inversión en programas de inclusión social, empleo y reducción de desigualdades. Sin embargo, Trigoso elige desacreditar esos programas sin demostrar su impacto ni proponer alternativas. Su postura no solo carece de sustento técnico, sino que traiciona principios elementales de política pública.
Peor aún, justifica el recorte del MEF al señalar que “hubo baja ejecución” el año anterior, pero al mismo tiempo celebra que Moquegua se ubica hoy en quinto lugar nacional en ejecución presupuestal. ¿En qué quedamos? ¿Se ejecutó poco o se ejecutó bien? ¿Se nos castiga con razón o se nos recorta por centralismo? Su discurso, lejos de ayudar, debilita la narrativa regional frente a Lima.
TRIGOSO, EL GRAN SIMULADOR
El vicegobernador ha decidido que su prioridad no es el desarrollo de Moquegua, sino su propia proyección personal. Y para eso ha activado un libreto conocido: desmarcarse, victimizarse y simular distancia. Pero su firma sigue estampada en acuerdos, sus funciones siguen vigentes y sus omisiones ya son visibles.
La política no necesita más simuladores. Moquegua no necesita más tecnócratas de micrófono. Necesita servidores públicos que se mantengan firmes en la tormenta, no que abandonen el timón cuando las olas golpean.
Luis Trigoso ha decidido hablar. Y con cada palabra, confirma que sus intereses políticos pesan más que el futuro de la región. Ese es el verdadero rostro del vicegobernador: no el del gestor que propone, sino el del ambicioso político que calcula.
Y Moquegua, golpeada por recortes y obras que amenazas con paralizar, no está para cálculos personales.