19/09/2025
“El pensamiento crítico no tiene partido, ni color, ni líder.”
El verdadero pensamiento crítico no se arrodilla ante ideologías.
No viste banderas,
ni repite consignas,
ni defiende líderes como si fueran dioses.
Pensar críticamente es mirar más allá de los discursos,
es dudar incluso de aquello que parece incuestionable.
Es tener el valor de incomodar a la derecha y a la izquierda,
a la religión y al ateísmo,
a la tradición y a la modernidad.
Porque el pensamiento crítico no busca obediencia,
busca libertad.
No se vende al mejor postor,
no se somete a mayorías,
y no busca aprobación,
sino verdad.
Por eso molesta tanto:
porque no puedes controlarlo,
no puedes usarlo como propaganda,
y no puedes encadenarlo a un color o a un partido.
El pensamiento crítico es la herejía de los sistemas,
y al mismo tiempo,
la única herramienta que puede liberarnos de ellos.
