
21/08/2025
Enseñar a un niño/a a no pisar una hormiga es un acto pequeño, pero es una lección de un alto valor significativo.
Salvar una hormiga no se trata solo de un simple insecto, se trata de tener empatía.
En ese momento el niño aprende que la vida no importa que tan pequeña o insignificante sea, esta conciencia fomenta la empatía, el autocontrol y el respeto por la conexión de todos los seres vivos y la naturaleza.
La hormiga se beneficia de la simple supervivencia, pero la niña/o gana algo que moldeará la forma en que tratara a las personas, los animales y el medio ambiente durante su vida.
Los expertos en desarrollo infantil dicen que estas lecciones tempranas son vitales para formar el carácter moral. Al alentar a los niños a hacer una pausa y considerar el impacto de sus acciones, los padres y cuidadores les ayudan a interiorizar la compasión como principio.