
30/08/2023
Para conocer a las marcas, igual que a las personas, se necesita tiempo.
. Sabías que este es uno de los ingredientes más relevantes cuando hablamos de proyectos de branding. Pero no es el tiempo de los deadlines, de los feedbacks ni del ajuste de propuestas. Es el tiempo del conocimiento.
Todas las relaciones necesitan tiempo para conocer a la otra parte, entender cómo siente, cómo reacciona, cómo procesa la realidad. Tiempo para empatizar con lo que necesita, con las cosas a las que aspira. Y para conocer a las marcas, igual que a las personas, se necesita tiempo. No podríamos abordar un proyecto sin conocer la visión externa e interna de nuestro cliente, ese ecosistema que construye la visión global de las marcas y que, debemos asimilar para poder profundizar en un análisis concluyente. Solo desde ahí podemos garantizar una propuesta estratégica y creativa que dé respuesta acertada al conjunto de incógnitas que se cierne sobre la realidad de cada marca: quién soy, cómo soy, cómo me comunico, cuál es mi valor principal, cuál es mi propósito.
ANTES DE ESCRIBIR, PIENSA. ANTES DE HABLAR, ESCUCHA.
Aquí interviene otro de los activos más importantes de esta primera fase analítica: la escucha activa. Vivimos un presente donde se demandan marcas más humanas, por lo que entender de primera mano cómo estas se relacionan con las personas, es clave para identificar sus atributos propios y detectar los retos a los que se enfrentan.
Son muchos los métodos para ejercer la escucha activa (focus groups, entrevistas personales, workshops, etcétera), pero lo imprescindible es preguntar dentro y fuera de la compañía, a cualquier persona en contacto directo con la marca y el negocio. En ocasiones, las informaciones más relevantes o, al menos, más inesperadas provienen de los lugares menos convencionales.