15/10/2025
La fundación estatal de Tingo María
Por: Eliseo Talancha Crespo- UNMSM
El historiador británico Edward H. Carrr, en su libro ¿Qué es la historia? explica que el hecho histórico es, ante todo y sobre todo, un acontecimiento que marca una importancia en la sociedad. En ese sentido, la fundación estatal de la ciudad de Tingo María ocurrido el 15 de octubre de 1938 constituye un acontecimiento histórico fundamental en la historia local de nuestra querida y próspera ciudad.
Pero la historia de Tingo María no es reciente como se cree, sino que se remonta a épocas pretéritas que abarcan otras fundaciones pasadas. Así tenemos que, en 1631, durante la etapa virreinal, el misionero franciscano Fray Felipe Luyando fundó distintas doctrinas y ciudades religiosas, una de esas fue San Felipe de los Tinganeses, situada en la confluencia de los ríos Monzón y Huallaga. Y dos siglos más tarde, en la etapa inicial republicana, el médico portugués Sebastián Martins, fundó en 1830 el pueblo de Juana del Río que con el tiempo pasó a llamarse Tingo María. Ninguna de estas fundaciones logró mantenerse en el tiempo porque sus habitantes carecían de la vocación de hacer vida en común de manera sostenible.
La fundación estatal de Tingo María de 1938 tiene sustanciales diferencias en relación a las anteriores en la medida que fue un acto planificado por el Estado como consecuencia lógica de la llegada de la carretera Huánuco-Pucallpa. Por años, la mirada de las autoridades políticas hacia la amazonía ha sido de desgano, es decir no le tomaban importancia, reconocían todo el extenso bosque, montañas y ríos acaudalados como parte geográfica del país, pero no como parte de la nación peruana. Esto implicaba que durante siglos la selva permanezca aislada y desconectada del país. Y si a esto le sumamos el discurso ra***ta, considerando a esta parte del Perú como territorio de bárbaros, salvajes, infieles, incivilizados, la Amazonía con una visión prejuiciosa permanecía desconectada de la vida nacional.
El panorama cambiaría drásticamente a inicios del siglo XX. El crecimiento económico experimentado durante la república oligárquica, caracterizado por la diversidad exportadora, a diferencia del boom guanero, donde solo dependíamos de un solo producto, este nuevo boom exportador encontraba focos de desarrolló en distintas regiones del país: el azúcar, el algodón, en la costa; distintos minerales en la sierra, y el caucho y la coca en la selva. Los modernos sistemas de transporte como el automóvil habían logrado con éxito establecer redes de comunicación amplias en Estados Unidos y Europa, interconectando sus territorios. Entonces, el camino estaría dado para que nuestros políticos empiecen a debatir y proponer la conectividad y la integridad geográfica del país, uniendo la selva a la vida nacional que por años permaneció excluido.
Alentado por el conflicto colombo-peruano, en 1933 se inicia la construcción de la carretera Huánuco-Pucallpa que marca un hito trascendental en la historia regional de Huánuco. Cuatros años después, en junio de 1937, a pesar de las adversidades y controversias, esta obra llegaría al pueblo de Tingo María que por entonces era un simple caserío del distrito de Chinchao. El ingeniero civil Felipe U. Derteano, uno de los encargados del tramo de la carretera Carpish-Tingo María, nos dejaría un relato sobre la realidad del sitio: “todo lo que atestiguaba la existencia de esta localidad y su nombre era un par de estructuras techadas con ramas de palmeras, construidas sobre soportes en el bien aireado estilo común de esa región de las selvas tropicales”.
La llegada de la carretera Huánuco-Pucallpa transformó la vida de Tingo María en todo orden de cosas . Se produjo un cambio de 360° en la medida que si antes no aparecía en el mapa nacional ahora Tingo María llamaba la atención y presencia del Estado para desarrollar por primera vez un proyecto de colonización dirigida y planificada. .A diferencia de las fundaciones anteriores, que fueron fundamental de iniciativa privada, el Estado asumía la voluntad política y administrativa de fundar una ciudad con el objetivo de integrar y ocupar la selva, a través de una serie de medidas e incentivos que promovieron la migración nacional e internacional a esta parte del país.
El presidente Oscar Benavides promulgaría en 1938 la ley N° 8621 que dispuso facilidades en la adquisición de terrenos no cultivados alrededor de la montaña y la carretera. Asimismo, se creó el Centro de Colonización Oficial de Tingo María, órgano que jugó un rol importante en la administración y logística de la naciente ciudad, aunado a la creación de otras instituciones especializadas. El contexto internacional favorecería aún más a la floreciente ciudad; los Estados Unidos en su búsqueda de asegurarse recursos para su industria durante la Segunda Guerra Mundial, invertiría en la ciudad, a través de su Departamento de Agricultura firmando un convenio con el Ministerio de Agricultura del Perú, para la instalación de la Estación Experimental Agrícola de Tingo María que brindó asistencia técnica en las actividades agrícolas y ganaderas de los colonos.
Tingo María experimentaría un boom demográfico, entre 1940 y 1960 su población se multiplicaría exponencialmente pasando de 3000 habitantes a 25,000 aproximadamente, convirtiéndose en muy poco tiempo en una de las principales ciudades de la amazonía peruana. El crecimiento de la ciudad, si bien es cierto que el Estado lo planificó, sin embargo, no hubiera tenido éxito sin el esfuerzo y trabajo tesonero de los miles de colonos que se aventuraron a convertir Tingo María en “El Dorado” que tantas veces se buscaba.
La tercera fundación de Tingo María, la fundación colonizadora-estatal realizada bajo la inspiración del ingeniero Enrique Pimentel aquel 15 de octubre de 1938, es una gran oportunidad para recordar la suma de voluntades de todos esos colonos de Ica, Lima, Pasco, Junín, Huánuco, San Martín y algunos grupos extranjeros como el de los yugoslavos, que juntos transformaron ese humilde pueblo en una ciudad próspera. Tingo María es hija de la carretera Huánuco-Pucallpa, creció gracias al trabajo de los colonos, y hoy toca a las nuevas generaciones recoger ese legado para continuar escribiendo la historia de una ciudad con extraordinarias posibilidades para el desarrollo del turismo como motor de desarrollo y prosperidad. Feliz 87 aniversario Tingo María.