
23/07/2025
📝 𝐋𝐀 𝐅𝐑𝐀𝐍𝐉𝐀
✍️ 𝐏𝐨𝐫 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐨 𝐕𝐞𝐠𝐚 𝐂𝐚𝐬𝐭𝐢𝐥𝐥𝐨
📍 𝐓𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨: 𝐂𝐎𝐑𝐑𝐔𝐏𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐈𝐍𝐀𝐋
📉 𝐄𝐧 𝟐𝟎𝟐𝟑 𝐬𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐢𝐞𝐫𝐨𝐧 𝐦𝐚́𝐬 𝐝𝐞 𝐒/ 𝟐𝟒 𝐦𝐢𝐥 𝐦𝐢𝐥𝐥𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐏𝐫𝐞𝐬𝐮𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐍𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐧̃𝐨 𝟐𝟎𝟐𝟒, 𝐩𝐨𝐫 𝐜𝐨𝐫𝐫𝐮𝐩𝐜𝐢𝐨́𝐧.
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Según Nelson Shack, ex Contralor General de la República, la corrupción hizo perder al Perú, el año 2023, la friolera de S/. 24,268’000,000 (veinticuatro mil doscientos sesentaiocho mil millones de soles), ¡el 12.7% del Presupuesto Nacional del año 2024!
Existe un gran problema hasta la fecha no resuelto ni por el poder legislativo ni por el ejecutivo. Funcionalmente los auditores de la contraloría, a nivel nacional, dependen directamente de la sede central de la Contraloría General de la República (CGR), en la ciudad de Lima; pero, económicamente, dependen de los funcionarios a los que deben controlar (llámense gobernadores y gerentes regionales, alcaldes provinciales y distritales, rectores, directores, etc.) La relación del contralor respecto al controlado, genera una subordinación no sólo económica sino también psicológica del primero respecto del segundo, al depender el pago de su sueldo a la manipulación en manos de quien tiene el deber de vigilar. Este tipo de relación es el adecuado caldo de cultivo para entendimientos, muchas veces, non sanctos. Lo ideal y correcto sería que los auditores a nivel nacional dependan funcional y económicamente de la CGR.
Pero, en lugar de esto, el 30.07.2024, el Tribunal Constitucional, por mayoría, declaró inconstitucional en parte la Ley 31288 que tipifica las conductas infractoras en materia de responsabilidad administrativa funcional y cortó la capacidad sancionadora que tenía la CGR; proscribiendo, además, la figura de la «grave afectación al servicio público», como si estuviéramos en el mejor de los cielos. Los cientos de escuelas y colegios que se caen a pedazos antes de cumplir diez años de construidos, o las pistas que se deshacen con la primera lluvia, o los puentes que se desploman ap***s inaugurados; claman justicia desde sus escombros sobrevaluados.
La corrupción sistémica que corroe el Perú afecta a todas las instituciones políticas, empresariales, militares, policiales y judiciales, haciendo de la anomia el norte guía del país, convirtiendo la democracia en una caricatura representativa quinquenal que sólo sirve para legalizar el statu quo mediante la promulgación de leyes y decretos ad hoc que ayudan a consolidar el poder de los corruptos.
La violencia generalizada a través de extorsiones, secuestros, sicarios, bombas, asesinatos y mutilaciones, estremecen, día a día, la conciencia ciudadana, ante los oídos sordos de congresistas y presidenta de la república, autoridades políticas que, por el contrario, se han esmerado en promulgar escandalosas leyes que buscan proteger a los criminales, atenuando las p***s y obstaculizando su juzgamiento, debilitando la frágil gobernabilidad de nuestra patria, a la espera, para variar, del estallido del próximo escándalo de corrupción.
La célebre frase que a fines del siglo diecinueve acuñara el maestro Manuel González Prada «El Perú es un cuerpo infecto. Donde se aplique el dedo, brota pus», quedó chiquita ante la metástasis generalizada de la corrupción contemporánea manando pus a borbotones por cada poro de nuestra gangrenada sociedad, sin necesidad de aplicar dedo alguno.