22/10/2024
UNA BIOGRAFÍA CARTESIANA DE HAYA DE LA TORRE
Íñigo García-Bryce cual rampa de lanzamiento logra, con su biografía, colocar a Haya de la Torre nuevamente en el futuro, su lugar preferido.
Como uno de sus discípulos que fui, puedo dar testimonio de ello. Eso fue siempre la consigna de sí mismo: ‘Maestro en la acción’.
El leiv motiv, su élan vital, su verbo por antonomasia fue 'hacer', por eso que escribía siempre a las corridas, no pocas veces a salto de mata, así como leía raudamente, cual combustible insaciable para el recorrer del día siguiente.
Como contemplador de Lenin, su arma fue la palabra para convencer, convencer para organizar, organizar para la toma del poder. De allí que… ‘fuera del poder todo es ilusión’, lo marcó para siempre, al igual que a muchos transformadores sociales.
Eso sí, Haya abandona a Vladimir Ilich Uliánov cuando repara, quizá sin saberlo, que mientras su referente quería la revolución hoy y ahora, él más bien apuntaba a una revolución de las conciencias, es decir una revolución pedagógica, la de las Universidades Populares González Prada. Y he allí la cuestión: las revoluciones degeneran, fracasan o abortan, las más, pero las conciencias no, siempre sobreviven.
Eso explica que la matriz anarquista que le imprimió Sabroso Montoya fue inmanente durante la racionalidad teórica del Haya marxista, del Haya dialéctico, del Haya agnóstico. Por ello la pregunta que le hizo y no se supo responder: “Arturo, qué crees tú: que yo hice al APRA o el APRA me hizo a mí”.
Íñigo rompe los esquemas previos al enfocar a Haya de la Torre no desde una perspectiva cronológica, unidimensional, sino cartesiana, con latitudes y paralelos, con ‘Espacio-Tiempo’, concepto que el propio Haya adopta para su enfoque de la Historia.
El encomiable esfuerzo de García-Bryce da frutos pues el resultado de su trabajo es proyectar el pensamiento y praxis de Haya hacia el siglo XXI, propicio en medio del anacronismo izquierdista, en momentos que el centro de gravedad global se ubica marcadamente hacia la derecha o, peor aún, en los extremismos.
Basado en casi 300 fuentes de consultas, primarias y secundarias, algunas inéditas, buena parte en idioma inglés, el autor no deja grietas en su narrativa. Por ejemplo, al sustentar el rol de Magda Portal.
María Magdalena Julia del Portal Moreno fue fundadora del APRA continental y del Partido Aprista Peruano. Sin duda una de sus intelectuales de mayor brío y con un heroísmo social sin parangón; «la primera poetisa del Perú» según José Carlos Mariátegui.
Y que el APRA nace en París con Eudocio Ravines como co-fundador, y en Indoamérica, México, en 1928; y que la obra fundamental de Haya, El Antiimperialismo y el APRA, se publicó por primera vez en el Perú en 1972, en plena dictadura militar del ‘septenato’.
Es la destreza profesional de Íñigo García-Bryce como historiador que logra armar, tridimensionalmente, la agitada y controversial vida de Haya de la Torre.
Es así que cruza entre sí, sin solución de continuidad cronológica, aspectos sustanciales como ‘Una revolución para exportar: forjando la revolución latinoamericana’ o ‘Balas y votos’. Sumado a ‘Marinera con los yanquis’, ‘El jefe y el partido: disciplina partidaria y culto a la personalidad’, ‘Las mujeres del APRA’.
Y desemboca en un tema palpitante: el populismo latinoamericano. Tema del que nadie logra aún separar el grano de la paja.
Como colofón, el autor concluye en que Haya señala dos tareas de largo aliento: estructurar una economía que compagine el fenómeno imperialista, sin sus bemoles y antinomias, a favor de un desarrollo sostenible con justicia social. Y sobre esa base seguir construyendo un continentalismo indoamericano, que nos haga más fuertes y soberanos en el contexto global. Y, claro, seguir batallando por una democracia en permanente renovación.
Más de una vez Iñigo, al despertar algunas mañanas, se preguntará si lleva ahora tatuado en su ánima aquel vértigo existencial de quien fuera llamado por los campesinos de Los Andes: el señor APRA.
Al leer de un porrazo su libro ‘Haya de la Torre y la Búsqueda del Poder’, me retrotrae a aquella larga conversación que sostuviéramos en el café La Chiva, en el barrio Kreuzberg, Berlín. Fue una alegría insondable descubrir en un instante que Haya seguía presente, a manos imparciales y científicas, en una universidad de Nuevo México lejos del Perú.
16 años después, revivir en sus páginas buena parte de aquella conversación hace notar que, cual acto de fe, la llama ‘hayista’ sigue alumbrando muchas conciencias, seguramente jóvenes, allende los mares.
Trujillo del Perú, octubre de 2024