20/07/2025
La revolución Cubana, que se extendió de 1953 a 1959, culminó con la caída del régimen autoritario de Fulgencio Batista a manos de Fidel Castro y su ejército rebelde. Pero con la victoria no llegó la paz inmediata, sino una ola de represalias.
Miles de soldados y colaboradores del viejo régimen fueron ejecutados en cuestión de días.
Uno de ellos fue "José Rodríguez".
En sus últimos momentos, Rodríguez no estaba rodeado de abogados ni de un tribunal, sino de soldados y un sacerdote. El clérigo, con solemnidad, le ofrecía los últimos sacramentos antes del fusilamiento.
Presente en la escena estaba el fotógrafo Andrew López, de United Press International. Testigo silencioso, con la cámara en mano y el corazón encogido, decidió capturar aquel instante: el momento exacto en que la vida y la muerte se rozan en una oración desesperada.
La imagen, titulada "Última unción de José Rodríguez", le valió a López el Premio Pulitzer en 1960. Pero más allá de los reconocimientos, la fotografía se convirtió en algo más profundo: un testimonio del poder inmenso que tiene una imagen para dar inmortalidad a quien, de otro modo, habría sido olvidado.
En medio del fuego de una revolución, donde la historia avanza sin mirar atrás, un solo clic logró detener el tiempo.
Y con él, preservar la humanidad de un hombre condenado, en el instante más vulnerable de su existencia.