15/08/2025
Este orejero, uno de un par, representa a un corredor alado que sostiene una pequeña bolsa de tela. Aunque en ocasiones se ha interpretado como un ser humano disfrazado de ave, es más probable que se trate de una figura mitológica: un ave antropomorfizada, posiblemente un halcón, asociada a la velocidad, la agudeza visual y el mundo espiritual.
Los Moche (también conocidos como mochicas) prosperaron en la costa norte del actual Perú entre aproximadamente el 200 y el 850 d.C., varios siglos antes del ascenso del Imperio inca. Durante ese tiempo, desarrollaron prósperos centros regionales desde el valle del río Nepeña, en el sur, hasta posiblemente el río Piura en el norte, cerca de la actual frontera con Ecuador. Lograron transformar los áridos desiertos costeros en fértiles tierras agrícolas mediante avanzados sistemas de irrigación, y aprovecharon los abundantes recursos marinos ofrecidos por la corriente fría de Humboldt en el océano Pacífico.
Aunque los Moche nunca constituyeron un estado unificado, compartieron elementos culturales comunes, como prácticas religiosas, estilos artísticos y sistemas simbólicos. A mediados del siglo XX, los arqueólogos denominaron su época de mayor desarrollo artístico como el “Período de los Maestros Artesanos”, en reconocimiento a su extraordinaria habilidad e innovación técnica, especialmente en la metalurgia.
Los artistas moche también destacaron en la elaboración de micromosaicos: pequeñas piezas de co**ha, turquesa y otras piedras azul verdoso, talladas con precisión y ensambladas en soportes de oro, plata o madera. En este caso, el mosaico se incorpora al disco frontal de un par de orejeras.
Aunque comúnmente se les llama “orejeras”, estos adornos consisten en discos circulares montados sobre tubos largos que se insertaban en los lóbulos perforados de personas de alto rango. Más que un simple accesorio, su tamaño y riqueza constituían una ostentosa manifestación de poder, identidad y estatus. Durante mucho tiempo se pensó que estos ornamentos eran exclusivos de hombres, pero investigaciones arqueológicas recientes en la costa norte del Perú han demostrado que algunas mujeres de élite también los portaban.
FOTO: MET.