
04/06/2025
“Cuando la soberbia se disfraza de espiritualidad”
Hay momentos en que uno no sabe si está viendo una sesión legislativa o un episodio de parodia religiosa. Esta semana, la senadora Karen R. Román no solo protagonizó una escena que raya en lo grotesco, sino que, en medio de su despliegue de prepotencia, decidió invocar a Dios como si el Altísimo necesitara de su tono autoritario para hacerse escuchar. Peor aún, se atrevió a decir que “no era ella quien hablaba, sino Dios”, y comenzó a hablar en lenguas en pleno Capitolio.
Esta no es una expresión de fe. Esto es teatro de soberbia, una burla a la espiritualidad, y una manipulación peligrosa del nombre de Dios.
Jesús confrontó a los líderes religiosos de su época no por hablar con autoridad, sino por usar su posición para oprimir y desviar la verdad. A los fariseos les dijo: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, relucientes por fuera pero podridos por dentro” Mateo 23:27 Ese ejemplo ya lo tuvimos con Tata Charbonier.
Lo que vimos no fue una mujer investida por el Espíritu Santo, sino una funcionaria embriagada de ego, creyendo que con alzar la voz y lanzar frases en lenguas podía imponer un respeto que no se gana con títulos, sino con ejemplo.
El templo y la religión no se utiliza para espectáculos. Jesús también entró al templo y volcó las mesas, indignado por cómo habían convertido un espacio sagrado en un mercado de intereses. Hoy no son los cambistas los que ocupan el templo: son los politiqueros que invocan a Dios cuando les conviene.
No se puede santificar la arrogancia. No se puede disfrazar de espiritualidad lo que es puro oportunismo.Dios no necesita voceros altaneros.
Decir que “Dios habla por mi boca” mientras se manda a callar al pueblo no es profecía, es manipulación. El Espíritu de Dios no se manifiesta por imposición, sino por fruto: “El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.” — Gálatas 5:22-23 Templanza que la Senadora no tuvo en el hemiciclo y que con sus acciones confirma que las alegaciones del aeropuerto son ciertas. "Por sus frutos os conocereis" y en menos de 6 meses ya estamos conociendo quien ocupa el cargo.
Puerto Rico necesita líderes que caminen con humildad, no con soberbia disfrazada de misticismo. Que hablen con el ejemplo, no con un tono de voz que exige reverencia. Porque si Dios realmente hablara por sus bocas, hablaría en verdad, no en arrogancia.
Ciertamente Dios es amor y aún así nos dice que tendremos que pasar por situaciones fuertes y que la verdad y la palabra es una sola nos guste o no nos guste, podrá ser fuerte pero no arrogante y son estas mismas actitudes las que cada día alejan a más y más personas de la casa del señor pues el que desconoce piensa que todos son así y no es cierto. Ni como legisladora ni como religiosa nos representa.
Si de verdad habla por Jesús hable de amor, gozo y de justicia y sírvale a su gente. El récord legislativo y de ACCIONES que la precede está hablando fuerte y claro de que su labor ha sido deficiente.
Coincido con usted: hay que orar para que nuestros servidores públicos vayan a servir a todos por igual y no a adelantar agendas personales y rechazar al que piensa distinto.