
09/10/2025
Confesar nuestros pecados no es una muestra de debilidad, sino un acto de valentía y fe. Cuando reconocemos nuestras fallas, abrimos la puerta para que Dios, en su fidelidad y justicia, restaure nuestro corazón. Él no solo perdona, también limpia y renueva nuestra vida.
1 Juan 1:9 – Su gracia siempre es más grande que nuestro error.