29/07/2023
Me gustaria empezar desde hoy... es que tengo tanto que hablarles. Tengo tanto que compartir con ustedes para que vean que no estan solos. Que la batalla es dura sin embargo, se puede vencer y permanecer.
Hoy estuve limpiando el templo al que asisto, debo confesar que levantarme temprano fue dificil. Sin embargo, lo hice porque tengo una responsabilidad que Dios ha depositado en mis manos y en las de mi esposo. Pero que hermoso y gratificante es cuando ves la casa de Dios limpia.
Y eso me recordó, Dios habla en su palabra que nuestro cuerpo es su templo y que el no habita en templos hecho por manos humanas. Sin embargo, a veces descuidamos su hogar, su casa y templo espiritual en nuestra vida. No lo nutrimos de palabra, de alabanza, de adoración y eso decaé el espíritu de uno.
Entonces no se nos hace fácil, la depresion y la ansiedad llegan. Y son dificiles de retirar de nuestra vida. Quitan las ganas de hacer todo. Pero Dios nos da las fuerzas para seguir diario pero esto no implica que olvidemos nuestro cuidado espiritual.
También he pasado por el momento en que descuide mi vida espiritual y toque fondo. Pero como me recuperé, esa es la parte interesante de la historia... Dios me recordó mi valor. Valor de precio se sangre preciosa. Y como cuando uno va al gimnacio con 0 ganas de ir pero va por el compromiso que tiene con uno mismo. Asi mismo espiritualmente debemos nutrirnos para que este cuerpo sea templo de su Espiritu Santo.
Cuando menos ganas hay, sigue. Cuando no deseas orar, ora con mas intensidad. Cuando solo deseas llorar, llora y deshogate pero no te quedes deshidratandote. Levantate una y otra vez. No importa cuantas veces sean, levantate y comprometete contigo mismo, a tener una relación con Dios. Y veras como tu perspectiva y tu panorama cambia. Y todo aquello que antes te era imposible será posible.