
14/05/2025
Más allá de sus políticas, Mujica fue admirado por su estilo de vida austero y su enfoque humanista. Vivía en una modesta chacra, donaba la mayor parte de su salario y conducía un viejo Volkswagen. Su humildad y sinceridad lo convirtieron en una figura respetada a nivel internacional, siendo conocido como “el presidente más pobre del mundo”.
En honor a su memoria, es momento de reflexionar sobre su legado y considerar cómo sus principios de humildad, justicia social y diálogo pueden inspirar una nueva era de gobernanza. Invitamos a líderes y ciudadanos a emular su ejemplo, promoviendo la paz, la equidad y la solidaridad en nuestras sociedades.
Que la vida y obra de José Mujica inspire a nuestros políticos hacia un futuro más justo y humano.