08/04/2024
Lleva a tus niños a la iglesia hoy. Que te vean cantar y orar en público el domingo y entre semana también. Cuando tengan ochenta años y estén a las puertas de la muerte, se acordarán de ti y de tu buen ejemplo como padre. ¿Cuántos hijos de creyentes no se habrán convertido en su lecho de muerte gracias a una infancia piadosa?
Tus niños necesitan saber que, para ti, la vida eclesial es indispensable. Llevo más de veinte años en la fe y, como regla general, los padres tibios que siempre ponen excusas para no estar con los hermanos generan exactamente la misma actitud en sus hijos.
Tristemente, se ha levantado una nueva generación de adultos en nuestros días. Se conforman con congregarse solamente los domingos (aunque no todos los domingos) y encima se atreven a llegar tarde a las pocas reuniones que asisten. Para ellos, el cristianismo es un fenómeno puramente dominical. ¿Por qué? Porque, en gran parte, es el ejemplo que vieron en casa. Sus padres no dieron prioridad a la iglesia. No se preocuparon por ser puntuales. No se deleitaron en estar con los hermanos. Ahora, el mismo espíritu posee a sus hijos.
¡Acuérdate de que la asamblea pública es una muestra del amor del Padre hacia tu vida! ¡Ten presente que Cristo murió para que formaras parte de la iglesia! ¡Recuerda que el Espíritu Santo quiere unirte a otros creyentes! ¡No peques contra el Padre, el Hijo y el Espíritu! ¡Congrégate todas las veces que puedas y lleva a tus hijos contigo!
Si los demás padres de tu iglesia optan por seguir el mismo ejemplo de negligencia que vieron en su infancia, ¡rompe tú con aquel ciclo vicioso y, por la gracia, escribe una nueva historia para las próximas generaciones! ¡Sé valiente y lleva a tus hijos contigo!
Sí, habrá más dolores de cabeza. Sí, conllevará más negación de ti mismo. Pero tu Padre verá la buena disposición de tu corazón y honrará tus esfuerzos. Al fin y al cabo, ¿no estamos todos dispuestos a padecer por las cosas que nos importan (sacar títulos universitarios, ganar dinero, estar en forma, etc.)? ¿Qué podría ser más importante que la salvación eterna de tus hijos?
Una vez más te digo: ¡lleva a tus niños a la iglesia hoy! ¡Y lleva a tus niños a la iglesia entre semana! Cuando lleves treinta o cuarenta años metido en la tumba, tus hijos se acordarán de tu buen ejemplo.
Una oración para los padres:
“Padre, mis hijos no son míos. Son tuyos. Es tu deseo que sean criados en el temor de tu nombre. Te ruego que toques sus vidas estando congregados con tu iglesia. Creo y confío en ti. Usa los medios públicos de la gracia para que sean salvos por tu poder. A partir de hoy, por tu gracia, aunque nadie más en la iglesia lo haga, llevaré a mis niños conmigo esperando que tú obres en ellos. Bendice mis esfuerzos. Amén”.
Pastor Will Graham