
07/07/2025
Queremos llamados, plataformas, influencia, impacto. Pero nos olvidamos de lo primero: la rendición.
Porque el propósito eterno no es un sueño personal con el sello de Dios.
Es el plan de Dios con nuestra obediencia como respuesta.
Y si no hay obediencia, no hay propósito.
Podrás tener logros, seguidores, títulos… pero sin entrega, nada de eso sostiene lo eterno.
Jesús no vino a darte una vida cómoda. Vino a darte una vida con sentido.
Y eso arranca cuando dejás de vivir para vos, y empezás a vivir para Él.
📖 “Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí.” – Gálatas 2:20