
08/07/2025
Si ya le compraste la moto a tu hijo, ten presente esto: no es solo una moto, es una máquina que no perdona errores. Es libertad, sí, pero también es riesgo. Es emoción, pero también puede ser tragedia.
"Cada vez que tu hijo enciende ese motor, no solo se pone el casco, también se juega la vida. Hay padres que han entregado las llaves con orgullo y luego han tenido que entregar una flor en un cementerio. Hay madres que han abrazado la emoción de su hijo y después se han quedado abrazando una chaqueta que ya no tiene a quien abrigar.
"No se trata de miedo, se trata de conciencia. Enséñale a usarla con responsabilidad, a que no corra, a que no se sienta invencible. Que respete cada semáforo, cada curva, cada límite. Que piense en ti, en su madre, en su familia, antes de acelerar como si el mundo no importara.
"Una moto puede ser una bendición o una desgracia, todo depende del respeto con el que se conduzca. Y recuerda algo: a veces, una decisión que hoy parece un regalo, mañana puede ser una cruz.
¿Ya hablaste con él sobre todo esto?
Porque amar también es advertir.