09/07/2025
¡Cae el monstruo! Fredy Florenciano, prófugo por 21 años, detenido en control rutinario 🚨
Tras más de dos décadas de búsqueda incansable, la justicia paraguaya dio un paso crucial este miércoles: fue detenido Fredy Antonio Florenciano Brítez, de 43 años, principal sospechoso del abuso y as*****to de Felicita Estigarribia, la niña que con solo 11 años vendía mandarinas para ayudar a su familia y cuyo trágico final conmovió a todo un país en 2004.
La captura se produjo de manera inesperada durante un control rutinario en el barrio Florida, Caaguazú, cuando agentes del Grupo Lince detuvieron a un hombre que circulaba en motocicleta sin licencia. Al verificar sus datos, constataron que tenía 12 órdenes de captura vigentes por delitos graves, entre ellos homicidios dolosos, hurtos y coacción sexual. Solo entonces supieron que se trataba del presunto autor del brutal crimen que marcó a generaciones.
El oficial Denis Espinoza, jefe del Grupo Lince, confesó su sorpresa al descubrir la identidad del detenido: “No sabíamos que estaba vinculado a ese caso tan recordado. Fue un golpe para todos”.
La historia que nunca olvidaremos
Felicita Estigarribia, conocida cariñosamente como “la niña de las mandarinas”, salió aquel 31 de mayo de 2004 a vender su fruta como todos los días. Pero jamás regresó a casa. Fue víctima de un abuso sexual atroz y luego asesinada, su cuerpo hallado al pie del cerro Yaguarón. Desde entonces, Paraguay conmemora cada 31 de mayo el Día Nacional contra el Abuso y la Explotación Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes, en honor a su memoria y para luchar contra la impunidad.
La detención de Florenciano Brítez no solo reactiva la esperanza de justicia para Felicita y su familia, sino que también envía un mensaje claro: el tiempo no borra la búsqueda de verdad y justicia. Después de 21 años prófugo, el presunto responsable deberá finalmente responder ante la ley.
Un llamado a la conciencia y a la acción
Este caso nos recuerda la importancia de proteger a nuestros niños y niñas, de denunciar y no permitir que la violencia quede impune. La historia de Felicita es dolorosa, pero también es un símbolo de lucha y memoria colectiva. Comparte esta noticia para que la voz de Felicita siga resonando y para que ningún niño quede desprotegido. La justicia tarda, pero llega.