21/09/2025
238 ANIVERSARIO DEL MILAGRO PATENTE DE LA REINA DE LA PAZ 🌋🌿
El 21 de septiembre de 1787, durante el período en que el Presbítero Julián Felipe Zelaya era cura párroco de San Miguel, el volcán Chaparrastique entró en una de sus erupciones más violentas, amenazando con destruir por completo la ciudad.
Ante el inminente peligro, el pueblo migueleño, movido por la fe, decidió sacar en clamor popular la imagen de Nuestra Señora de la Paz y colocarla en la puerta principal de la iglesia parroquial, orientada con la mirada hacia el cráter del volcán.
Milagrosamente, inmediatamente después de colocarla, la lava cambió su curso y tomó dirección hacia el sur, alejándose de la ciudad. En su nuevo recorrido, cubrió vastas extensiones de tierras fértiles y gran parte de la laguna El Jocotal, que estuvo a punto de desaparecer bajo las rocas candentes.
Cuando cesó el peligro, los testigos del suceso observaron una palma formada por nubes blancas de ceniza mezcladas con fuego, que salían del furioso cráter. Este fenómeno fue interpretado como una señal divina de que la Paz había llegado a la ciudad.
A este hecho extraordinario, atribuido a la intercesión de Nuestra Señora de la Paz y a la profunda fe del pueblo, se le llamó desde entonces “El Milagro Patente”.
En agradecimiento, el pueblo de San Miguel prometió guardar devoción perpetua a su patrona y colocó en su sagrada imagen una palma, símbolo eterno de la Paz.
Cabe destacar que, en el momento del milagro, el párroco no se encontraba en la ciudad. En su lugar, estaban presentes el vicario cura interino, Presbítero Félix José Rodríguez de Palacios, junto a los coadjutores P. Antonio Díaz del Castillo y P. José Antonio Lacayo, quienes acompañaron al pueblo en esos momentos de angustia y fe.