16/02/2025
🚨 🚨 | ¿Cómo sobrevive un vigilante privado con un salario mínimo?
Mario tiene 34 años y es vigilante privado. Vive en la zona rural de Santa María, Usulután. Junto a su esposa y sus dos hijos, que aún no cumplen los ocho años. Su trabajo en una empresa de seguridad le deja un salario de $327 al mes, con lo que debe cubrir todos los gastos de su familia: alimentación, alquiler, transporte, salud y la educación de sus hijos. No es fácil, pero hace todo lo posible para que no les falte nada.
Sabe que no puede darse el lujo de faltar al trabajo, porque cada turno ausente significa una reducción en su ya ajustado salario. Sin embargo, la inestabilidad laboral es una constante. Ya ha pasado hasta tres meses sin empleo, por lo que aprendió a ser previsor. Para enfrentar esos tiempos difíciles, complementa su trabajo como vigilante con la agricultura. En su pequeño terreno siembra maíz y frijol, no solo para vender un poco cuando hay oportunidad, sino principalmente para asegurarse de que su familia tenga alimento durante todo el año.
Mario guarda en su bodega lo que cosecha, porque sabe que en cualquier momento puede quedarse sin ingresos. Con lo poquito que logra ahorrar, va llenando su reserva de granos básicos. Es su manera de garantizar que, aunque las cosas se pongan difíciles, sus hijos nunca pasen hambre.
Cada día, al salir de madrugada a su turno de vigilancia, piensa en su familia y en el esfuerzo que hace para sacarlos adelante. A veces se siente agotado, pero su amor por ellos le da fuerzas. No sueña con riquezas, solo con estabilidad y con que sus hijos tengan un futuro mejor. Mientras tanto, sigue trabajando duro, confiando en que su esfuerzo valdrá la pena.