10/26/2025
¡Lo que quería decir como pastor pero nunca dije!
Del corazón de un pastor a todos los pastores en su mes. Las palabras detrás de la sonrisa de tu pastor muchas veces)
Quería decirte que me canso, que muchas veces solo necesito que me recuerden que están ahí. Que a veces voy camino a la iglesia y no quisiera llegar, pero el llamado me empuja. Decirte que me miras y vas donde mi a quejarte y estoy peor que tú. Decirte que el día que me llamaste para excusarte porque te sentías mal y decidiste quedarte en tu casa, yo estaba en el hospital, igual o peor que tú, y aun así llegue a hacer lo que tengo que hacer, pero oré por ti.
Quería decirte que me cansa las mil veces que me hablas de tus derechos y como la gente atenta hacia ti, o yo mismo, pero nunca me hablas de tus responsabilidades, de cómo no te interesa cumplirlas. Decirte que me duele las mil veces que me has dicho te amo y que meterás mano, y nunca lo veo, pero sigo aquí. Las veces que me has dicho: “pastor, quiero meter mano”, pero odias la corrección. Las veces que no me dejas hacer mi trabajo como pastor porque crees en todos, menos en mí. Confías en todos, menos en mí, porque te diré lo que necesitas escuchar, no lo que quieres escuchar. Decirte que siempre buscas una falla o defecto en mí para criticar, pero no valoras mis virtudes, aun cuando solo resaltó tus virtudes.
Quería decirte que todos los días mi familia siente mi ausencia porque quiero amarte y bendecirte. Decirte que no es nada fácil ser pastor, esposo, padre, hijo, etc. y cumplir las demandas de todos. Al final del día me criticas como quiera. Si estoy mucho con mi familia, dirás que descuido la obra, si estoy mucho en la obra, dirás que descuido a mi familia. Si predico todo el tiempo, dirás que me quiero quedar con todo. Si traigo predicadores, dirás que no hago mi trabajo. Si Dios me abre puertas, dirás que lo que me gusta es la farándula y que me he contaminado. Si nadie me conoce, dirás que tienes un pastor “out”, al final de día, me criticas.
Quisiera decirte que muchas veces sabía lo mal que hablabas de mí, y aun así te abrazaba, te bendecía, porque te amo. Que muchas veces sabía que tratabas de contaminar a otras ovejas haciendo grupos, y aun así creía en ti, como Jesús en Judas.
Quisiera decirte que muchas veces solo necesitaba que estuvieras ahí, no que fueras perfecto, yo estoy muy lejos de serlo, solo que estuvieras dispuesto y disponible.
Que me quedaba callado las veces que te atreviste a decir “el pastor solo manda”, “él no hace nada” pero ignorabas que oro por ti día y noche, preparo cada sermón dominical, cada estudio, cada conferencia, llevo las carga de una iglesia, cargo la preocupación financiera de la iglesia, soy al que llamas cuando ya no puedes más, el que abre la iglesia y comienza a limpiarla mientras tú llegas tarde al culto, y el último que se va, escuchando problemas, mientras tu duermes feliz, y te atreves a decir: “el pastor no hace nada”, pero te escucho y solo sonrío.
Quisiera decirte que soy tan imperfecto como tú. Que soy humano, que peco. Mi trabajo es levantarte, pero mi pecado es motivo de escándalo y burla. Quiero decirte que extraño lo que es ser pastoreado, lo que es que alguien me corrija y me diga tenemos que mejorar esto y lo otro, pero estoy aquí para ayudarte.
Quisiera decirte que quisiera quedarme en mi casa, pero el llamado es más fuerte. Que quisiera irme a Disney, pero el llamado es más fuerte. Que quisiera tantas cosas, pero a todas renuncié por amor. Amo cada segundo de mi pastorado, pero a veces hay cosas que quisiera decirte.