Yo te lo cuento

Yo te lo cuento Solo miralo ;)

"La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado. La imaginación rodea el mundo."— Alb...
04/11/2025

"La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado. La imaginación rodea el mundo."
— Albert Einstein

A veces creemos que el conocimiento lo es todo… Que tener respuestas es más importante que hacerse preguntas. Nos enseñaron a estudiar para memorizar, no para imaginar. Pero entonces llega Einstein, este genio de la ciencia, y nos dice algo que parece simple, pero que es profundamente revolucionario:
"La imaginación es más importante que el conocimiento."

Y claro, uno piensa: ¿cómo puede ser? Si sin conocimiento no sabemos nada…
Pero, ¿sabes qué? El conocimiento te dice lo que es.
La imaginación, en cambio, te muestra lo que podría ser.

Mira, el conocimiento construyó la lámpara.
La imaginación soñó con la luz antes de que existiera.
El conocimiento te da herramientas, pero es la imaginación la que decide qué construir con ellas.

Es como en la vida: tú puedes tener todos los datos, todos los títulos, toda la lógica. Pero si no tienes la capacidad de soñar algo distinto, de imaginar un mundo mejor, de crear desde lo invisible… entonces te estás perdiendo de la parte más mágica de vivir.

Y eso aplica para todo. Para amar, para crear, para sanar.
Porque mientras el conocimiento te dice que algo es imposible, la imaginación te susurra:
"¿Y si sí?"

Así que no subestimes esa vocecita que te lleva a soñar despierto, que te invita a escribir, a inventar, a imaginar un futuro diferente.
Porque quizá, solo quizá…
esa voz, es la que te va a cambiar la vida

El Último LienzoEl sol matutino entraba tímidamente por la ventana del viejo taller, iluminando motas de polvo que danza...
03/31/2025

El Último Lienzo
El sol matutino entraba tímidamente por la ventana del viejo taller, iluminando motas de polvo que danzaban en el aire. Sobre el suelo de piedra, pinceles desgastados y frascos de pintura seca reposaban como testigos silenciosos de una vida dedicada al arte. En el centro de la estancia, frente a un lienzo en blanco, Maestro Lucien, el pintor más renombrado de la ciudad, observaba con ojos cansados pero llenos de fuego.

Ya no era joven. Sus manos, que en el pasado trazaban líneas con la precisión de un escultor, ahora temblaban con la edad. Su espalda encorvada y su barba blanca hablaban de los años que habían pasado como hojas al viento. Pero en su corazón, la pasión por la pintura ardía como el primer día.

Había pintado retratos de reyes y nobles, escenas de batallas gloriosas y paisajes que parecían respirar vida propia. Su nombre era susurrado en los pasillos del palacio y su obra era codiciada por la aristocracia. Pero ahora, en la soledad de su taller, comprendía que la gloria se desvanecía con el tiempo.

Sus aprendices ya no venían con la misma frecuencia. La ciudad, antaño fascinada por sus pinceladas, ahora buscaba otros artistas, nuevas tendencias. Pero Lucien no se lamentaba. Sabía que así era la vida: un ciclo de creación y olvido. Lo único que le importaba ahora era terminar su última obra.

Con esfuerzo, tomó el pincel y lo sumergió en la pintura. Cada trazo sobre el lienzo era un latido de su alma, una memoria convertida en color. No pintó rostros de nobles ni escenas de grandeza; esta vez, pintó su propia vida.

Trazó los días de su juventud, cuando aprendió a mezclar pigmentos con su maestro. Pintó la risa de la mujer que una vez amó y que el tiempo le arrebató. Dibujó el rostro de su primer aprendiz, el niño curioso que ahora era un gran artista en la corte del rey. Cada pincelada era un recuerdo, un susurro de su pasado plasmado en la tela.

La noche cayó y la vela en su mesa titiló suavemente. Lucien se reclinó en su silla y observó su obra terminada. Era su historia, su vida inmortalizada en un último suspiro de arte.

Por la mañana, los aprendices llegaron y encontraron al maestro sentado, con los ojos cerrados y una expresión de paz en su rostro. Había partido en silencio, dejando detrás su mayor legado: un cuadro que hablaba más que cualquier palabra, un testamento de amor al arte y a la vida.

Y así, en una era donde los nombres se desvanecían con el tiempo, el último lienzo de Lucien vivió para siempre. 🎨✨

La Cima de los Sueños.El viento frío silbaba entre las rocas mientras Elian ajustaba la correa de su mochila y contempla...
03/31/2025

La Cima de los Sueños.

El viento frío silbaba entre las rocas mientras Elian ajustaba la correa de su mochila y contemplaba la inmensa montaña frente a él. Desde niño había soñado con llegar a la cima, acampar bajo el cielo abierto y ver las estrellas como nunca antes. Ahora, con el sol descendiendo en el horizonte, su aventura apenas comenzaba.

El sendero era empinado y traicionero, cubierto de raíces retorcidas y piedras sueltas que ponían a prueba su equilibrio. Cada paso era un desafío, pero su espíritu ardía con la emoción de la travesía. Con cada metro que ascendía, el aire se volvía más fresco y puro, y el mundo abajo se hacía cada vez más pequeño.

A medida que subía, la naturaleza le mostraba su belleza salvaje: un venado cruzó ágilmente el camino más abajo, un águila surcó el cielo con majestuosa calma, y un arroyo cristalino serpenteaba entre las rocas, ofreciéndole agua fresca para calmar su sed. Elian se detuvo un momento, cerró los ojos y respiró profundamente. Allí, en lo alto, lejos del ruido de la ciudad, el mundo se sentía diferente, más real.

Las últimas luces del atardecer teñían las nubes de tonos dorados y púrpuras cuando finalmente llegó a la cima. La vista lo dejó sin aliento. Desde esa altura, el paisaje se extendía infinito, un mar de montañas y valles cubiertos por un manto de neblina ligera. Rápidamente armó su tienda y encendió una pequeña fogata, el único resplandor cálido en la inmensidad de la noche.

Entonces, levantó la mirada y ahí estaban. Las estrellas.

Miles, millones de ellas, titilando como diamantes sobre un lienzo de terciopelo negro. La Vía Láctea cruzaba el cielo como un río de luz, y Elian sintió que, en ese momento, estaba viendo el universo en su forma más pura. La sensación de pequeñez no lo asustó; al contrario, lo hizo sentir parte de algo más grande, de un mundo inmenso y lleno de maravillas.

Acostado sobre su s**o de dormir, con el fuego chisporroteando a su lado y el frío nocturno acariciándole el rostro, Elian comprendió algo: la verdadera aventura no era llegar a la cima, sino descubrir que la belleza de la vida siempre había estado allí, esperándolo, solo necesitaba detenerse a mirar.

Y con una sonrisa en los labios, bajo el cielo más hermoso que había visto en su vida, cerró los ojos y se dejó llevar por la paz de la montaña. 🌌🔥🏕️

Bajo la luz de las antorchas.El pequeño pueblo de Eldermere dormía bajo un cielo estrellado, sus calles empedradas ilumi...
03/31/2025

Bajo la luz de las antorchas.

El pequeño pueblo de Eldermere dormía bajo un cielo estrellado, sus calles empedradas iluminadas por el titilar de las antorchas. Las casas de madera y piedra se alineaban en el camino, con techos de paja que susurraban con el viento nocturno. Entre los ecos lejanos del río y el murmullo de la taberna, una historia de amor crecía en secreto.

Rowan, un joven herrero de manos fuertes y rostro curtido por el calor del fuego, trabajaba en la fragua de su padre. Pasaba los días golpeando el metal al ritmo del yunque, forjando espadas para los soldados del señor feudal y herraduras para los caballos de los viajeros. Pero cada tarde, al terminar su labor, había un solo pensamiento que llenaba su mente: Lena.

Lena era la hija del panadero, una joven de sonrisa luminosa y cabello del color del trigo maduro. Pasaba las mañanas amasando pan junto a su madre, y por las tardes, caminaba hasta el río para recoger agua. Fue allí, entre los sauces y el reflejo del cielo en el agua, donde sus miradas se encontraron por primera vez.

Al principio, solo fueron sonrisas tímidas y miradas furtivas. Pero con el paso de los días, Rowan comenzó a esperarla en el mismo lugar, fingiendo que simplemente pasaba por ahí. Pronto, los silencios se convirtieron en palabras y las palabras en risas compartidas. Hablaban de sueños sencillos: él quería algún día tener su propia herrería, ella soñaba con ver más allá de los muros del pueblo, con conocer los mercados bulliciosos de la ciudad y probar frutas exóticas traídas de tierras lejanas.

Sin embargo, no todo era tan fácil. Lena estaba prometida a un comerciante de telas, un hombre mayor que su padre había elegido para asegurar su futuro. El amor no siempre era una elección en Eldermere, sino un deber impuesto.

Pero Rowan no estaba dispuesto a dejar que la tradición decidiera su destino. Una noche, bajo el resplandor de las antorchas del pueblo, la encontró en la plaza, justo cuando el comerciante discutía con su padre sobre la dote. Con el corazón latiéndole en el pecho, la tomó de la mano y, con un susurro urgente, le pidió que confiara en él.

Esa misma noche, montaron un caballo y cabalgaron hacia la oscuridad, dejando atrás el pueblo que los había visto crecer. No sabían a dónde iban, ni qué les esperaba más allá del bosque. Pero en ese momento, solo importaba que estaban juntos, que su amor era más fuerte que cualquier tradición, que cualquier miedo.

Y así, bajo la luz de las estrellas y con el viento en sus rostros, comenzaron su propia historia, lejos de las sombras del deber y más cerca de la libertad. 🌿🏹🔥💫

Un día en la vida de un campesino medieval:El sol apenas asomaba tras las colinas cuando Aldric despertó con el canto de...
03/31/2025

Un día en la vida de un campesino medieval:

El sol apenas asomaba tras las colinas cuando Aldric despertó con el canto del gallo. Su cabaña, construida de madera y techo de paja, crujió levemente con el viento matutino. Afuera, el aire era fresco y cargado del aroma a tierra húmeda. No había tiempo para holgazanear; en la vida de un campesino medieval, cada día era una lucha contra el sol y el tiempo.

Se levantó de su jergón de paja y avivó el fuego de la chimenea con unas ramas secas. Su esposa, Elise, ya estaba moliendo granos para hacer un pan rústico, mientras sus hijos pequeños aún dormían acurrucados bajo mantas de lana burda. Sin un desayuno más que un trozo de pan duro y agua, Aldric tomó su azadón y salió a trabajar la tierra.

El campo era su vida y su condena. Pertenecía al señor feudal, como casi todo lo que poseía. Trabajaba desde el alba hasta el ocaso, arando la tierra con sus manos callosas, sembrando y cosechando lo que después debía compartir con su señor. El diezmo para la iglesia y los impuestos para el castillo hacían que su familia apenas tuviera lo suficiente para sobrevivir el invierno.

A media mañana, hizo una pausa para beber de un arroyo cercano. Allí, junto a otros campesinos, hablaban en susurros sobre los rumores de la aldea: un viajero que decía haber visto a los caballeros del rey cabalgando hacia la guerra, una joven acusada de brujería, un mercader que prometía traer especias de tierras lejanas. Las noticias siempre llegaban distorsionadas, pero traían consigo un resquicio de emoción a sus vidas monótonas.

Por la tarde, Aldric llevó un s**o de grano al molino, donde el molinero, un hombre robusto con el rostro cubierto de harina, pesaba cuidadosamente la cantidad que debía entregar al señor feudal. Allí también se encontraban otros campesinos, intercambiando productos o simplemente compartiendo historias.

El regreso a casa era el mejor momento del día. Elise lo esperaba con una sopa sencilla de nabos y un poco de pan recién horneado. Alrededor del fuego, sus hijos escuchaban con los ojos abiertos de asombro las historias de su padre sobre los tiempos pasados, sobre caballeros, castillos y dragones que nunca habían visto.

La noche caía, y con ella, el mundo se sumía en una oscuridad absoluta. Sin más luz que la de las estrellas y el fuego moribundo, Aldric se acostó en su jergón, sintiendo el peso de otro día en sus huesos. La vida en la Edad Media era dura, implacable, pero en esos breves momentos de calidez familiar, encontraba algo que ni el señor feudal ni el clero podían arrebatarle: la felicidad en las pequeñas cosas.

Y así, con el sonido del viento golpeando la cabaña y el lejano ulular de un búho, otro día en la vida de un campesino medieval llegaba a su fin. 🌾🔥🏰

Amado Dios, hoy elevo mi corazón en gratitud por la maravillosa vida que nos has dado, por cada latido, por cada respiro...
03/31/2025

Amado Dios, hoy elevo mi corazón en gratitud por la maravillosa vida que nos has dado, por cada latido, por cada respiro, por la oportunidad de despertar cada día y contemplar tu obra perfecta. Gracias por la hermosa naturaleza que nos rodea, por los ríos que cantan, por los árboles que dan sombra y vida, por las montañas majestuosas y los mares infinitos. Cada amanecer es un regalo, cada estrella en el cielo es un recordatorio de tu grandeza. Enséñanos a valorar, cuidar y respetar este mundo que con tanto amor creaste. Amén. 🙏🌿✨

La lluvia golpea suavemente el cristal de la ventana, como un murmullo secreto de la noche. Afuera, la ciudad brilla con...
03/29/2025

La lluvia golpea suavemente el cristal de la ventana, como un murmullo secreto de la noche. Afuera, la ciudad brilla con luces doradas reflejadas en el asfalto mojado, y los autos avanzan dejando estelas de neón en la oscuridad. Es una de esas noches en las que el mundo parece detenerse, en las que el frío de la lluvia contrasta con la calidez de un espacio acogedor.

Ella está ahí, sentada junto a su escritorio, con un libro abierto y una taza de café humeante a su lado. El sonido de las gotas cayendo sobre los tejados es su música de fondo, un ritmo sereno que la envuelve en concentración. Su lámpara ilumina las páginas con una luz tenue, mientras su mirada viaja entre las palabras, perdida entre ideas, teorías y sueños que comienzan a tomar forma.

De vez en cuando, levanta la vista y observa la ciudad nocturna a través de la ventana. Hay algo fascinante en ese paisaje: la inmensidad de los edificios, las luces titilando como estrellas urbanas, las siluetas de las personas que aún caminan bajo la lluvia. Se pregunta cuántas historias están ocurriendo en este mismo instante, cuántos como ella están despiertos, leyendo, soñando, preparándose para el futuro.

Y entonces, sonríe. Porque en esta noche de lluvia, con un libro en sus manos y la ciudad desplegándose ante sus ojos, se siente exactamente donde debe estar. 🌧️📖🌃☕✨

El futuro brilla en las grandes ciudades, donde cada calle es un reflejo de sueños en movimiento, de historias entrelaza...
03/29/2025

El futuro brilla en las grandes ciudades, donde cada calle es un reflejo de sueños en movimiento, de historias entrelazadas y de infinitas posibilidades. La belleza aquí no está solo en los rascacielos que tocan el cielo o en las luces que iluminan la noche como estrellas urbanas, sino en la energía vibrante que llena cada rincón. Es el arte en las paredes de los barrios bohemios, la música de un artista callejero, el aroma del café recién hecho en una pequeña cafetería escondida entre los edificios.

Las ciudades son un crisol de culturas, donde cada paso es un viaje a lo desconocido, donde los rostros diversos y los idiomas entremezclados tejen un mundo sin fronteras. Son los parques urbanos, oasis de calma en medio del caos, donde la naturaleza se funde con el concreto para recordarnos que siempre hay espacio para respirar. Es la emoción de caminar entre multitudes y, a la vez, encontrar tu propio ritmo, tu propia historia en medio del bullicio.

El futuro nos espera en estas junglas de acero y neón, donde la tecnología y la creatividad se fusionan para transformar lo imposible en real. Son los trenes que avanzan a toda velocidad, los edificios que desafían la gravedad, los sueños que se construyen a diario. Y en medio de todo, hay una belleza única: la de la humanidad avanzando, creciendo, reinventándose una y otra vez, demostrando que las grandes ciudades no solo son concreto y luces, sino vida en su máxima expresión. 🌆🚀🏙️✨

La soledad en el campo no es vacío, es libertad. Es despertar con el canto de los pájaros en lugar del ruido de la ciuda...
03/29/2025

La soledad en el campo no es vacío, es libertad. Es despertar con el canto de los pájaros en lugar del ruido de la ciudad, es caminar entre los árboles sintiendo el viento frío en el rostro, es sentarse en el porche con una taza de café mientras el sol se asoma entre las montañas. No hay prisa, no hay tumulto, solo el tiempo fluyendo con la calma de los ríos y el susurro de las hojas.

Vivir solo en la naturaleza es descubrir la paz en su estado más puro. Es aprender a escuchar el silencio y encontrar en él una compañía inquebrantable. Es mirar el cielo estrellado sin luces que opaquen su esplendor, es respirar aire fresco y sentir cómo el alma se aligera. Es trabajar la tierra con las manos, cultivar tu propio alimento, valorar cada gota de lluvia y cada rayo de sol.

Aquí, en medio del campo, la vida tiene otro ritmo, más sincero, más profundo. La soledad no pesa, se convierte en un refugio, en un espacio donde uno se encuentra a sí mismo sin distracciones. Cada noche, el sonido del viento y el crujir de la madera en la chimenea recuerdan que la tranquilidad es un tesoro que pocos se atreven a buscar. Y cuando la luna brilla sobre los campos dormidos, entiendes que estar solo no es estar vacío, sino estar completo. 🌿🌾🌙🏡✨

La naturaleza es un regalo inmenso, un espectáculo de belleza infinita que nos llena el alma de paz y asombro. No hay na...
03/29/2025

La naturaleza es un regalo inmenso, un espectáculo de belleza infinita que nos llena el alma de paz y asombro. No hay nada como respirar el aire puro de las montañas, caminar por senderos cubiertos de hojas doradas y contemplar la inmensidad de los paisajes que se extienden ante nuestros ojos. Las montañas nevadas se alzan como gigantes silenciosos, reflejando la pureza y la grandeza del mundo, mientras el sol ilumina sus cumbres con destellos dorados.

Y qué hermoso es compartir estos momentos con un fiel compañero de viaje. Un perro no es solo una mascota, es un amigo leal, un espíritu aventurero que corre a tu lado, salta entre los ríos y se acurruca contigo bajo las estrellas. Acampar con él es descubrir la felicidad en su forma más pura: el calor de la fogata, el cielo infinito lleno de estrellas, el sonido del viento entre los árboles y esa compañía incondicional que solo un perro puede brindar.

Viajar con tu perro es vivir la aventura con el corazón lleno de alegría, es ver el mundo a través de sus ojos curiosos y sentir la libertad de explorar juntos. La naturaleza nos enseña a valorar lo simple, a encontrar belleza en cada rincón y a atesorar cada instante, porque cada viaje, cada amanecer y cada sendero recorrido deja una huella imborrable en nuestra alma. 🌿🏕️🏔️🐾✨

Gracias, Dios, por la inmensa belleza de la naturaleza, por los ríos que fluyen como melodías vivas, por las montañas qu...
03/29/2025

Gracias, Dios, por la inmensa belleza de la naturaleza, por los ríos que fluyen como melodías vivas, por las montañas que nos recuerdan tu grandeza, por los árboles que nos dan sombra y vida. Gracias por el cielo estrellado, por el sol que nos abraza y la lluvia que renueva la tierra. Cada flor, cada ave, cada amanecer es un testimonio de tu amor infinito. Que sepamos valorar y cuidar este regalo sagrado que nos has dado. Amén. 🙏🌿✨

03/28/2025

¿Qué fue lo más gracioso que
les paso esta semana?

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