05/18/2025
La historia de la fotografía: de la luz a la memoria
La historia de la fotografía comenzó con el descubrimiento de dos principios esenciales. El primero fue la proyección de imágenes a través de la cámara oscura, y el segundo, la observación de que ciertas sustancias cambian cuando se exponen a la luz. Sin embargo, no existen pruebas de que antes del siglo XVIII alguien intentara capturar imágenes con materiales fotosensibles.
Uno de los primeros hitos fue "Vista desde la ventana en Le Gras", tomada por Nicéphore Niépce en 1826 o 1827, considerada la fotografía más antigua que se conserva.
Antes de eso, hacia 1717, Johann Heinrich Schulze experimentó con una mezcla sensible a la luz para proyectar letras recortadas en una botella, aunque no buscaba que fueran permanentes. Más adelante, alrededor de 1800, Thomas Wedgwood intentó, sin éxito, fijar imágenes de forma permanente con una cámara. Aunque logró crear fotogramas detallados, ni él ni su colaborador, Humphry Davy, pudieron estabilizar las imágenes.
Fue Niépce quien logró fijar una imagen capturada con una cámara, aunque el proceso requería varias horas —incluso días— de exposición y los resultados eran muy primitivos.
El gran salto llegó gracias a su colaborador, Louis Daguerre, quien desarrolló el daguerrotipo, el primer proceso fotográfico viable y comercial. Este método redujo el tiempo de exposición a unos minutos y ofrecía imágenes nítidas y detalladas. El 2 de agosto de 1839, Daguerre presentó oficialmente el proceso en la Cámara de los Lores en París, y el 19 de agosto, fue revelado al público en una reunión de la Academia de Ciencias y la de Bellas Artes.
A cambio de ceder los derechos al público, Daguerre y Niépce fueron recompensados con pensiones vitalicias. Por otro lado, William Henry Fox Talbot ya había desarrollado el calotipo, un proceso alternativo con negativos en papel e impresión en sal, aunque recibió menos atención en su momento.
Con el tiempo, la fotografía evolucionó: los materiales fueron mejorando, los tiempos de exposición se redujeron de minutos a segundos y luego a fracciones de segundo. A mediados del siglo XIX, el proceso de colodión húmedo, que usaba placas de vidrio, combinó la calidad del daguerrotipo con la reproducibilidad del calotipo, convirtiéndose en un estándar durante varias décadas.
La llegada del rollo de película popularizó la fotografía entre los aficionados, y a mediados del siglo XX, era posible tomar fotos en color natural o blanco y neg_r0 con facilidad.
Finalmente, en los años 90, la revolución digital transformó todo: las cámaras electrónicas empezaron a reemplazar el proceso químico tradicional. A principios del siglo XXI, las cámaras digitales se volvieron más accesibles, prácticas y de alta calidad, desplazando casi por completo las películas fotográficas.
Hoy, con los teléfonos inteligentes integrando cámaras avanzadas, la fotografía se ha vuelto parte de la vida cotidiana en todo el mundo. Tomar una foto ya no es un acto reservado a unos pocos, sino una expresión diaria que todos llevamos en el bolsillo.