08/26/2025
El histórico líder Ismael “El Mayo” Zambada rompió el silencio en una corte federal de Nueva York.
Con voz baja y mirada seria, leyó una carta de apenas cinco minutos que estremeció a México y Centroamérica:
“Durante 50 años he dirigido una gran red… Desde el principio y hasta el momento de mi captura he pagado sobornos a policías, militares y políticos en México.”
Y con un tono de arrepentimiento agregó:
“Reconozco el gran daño que las sustancias ilegales han causado a la gente en Estados Unidos y México — y pido perdón por todo ello, asumo la responsabilidad de mis actos.”
Pero esta confesión no se limita a México. Honduras aparece como pieza clave en esta historia. En Estados Unidos se comprobó (al menos con testimonios) que el grupo de Zambada y Joaquín Guzmán entregaron millonarios pagos a políticos hondureños para asegurar el libre paso de cargamentos hacia el norte.
Tony Hernández, exdiputado, fue condenado a cadena perpetua en 2021, señalado de recibir dinero directamente de este grupo.
Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras, fue sentenciado en marzo de 2024 a 45 años de prisión por facilitar operaciones, aprovechando recursos del Estado y aceptando pagos, siempre según testimonios durante su juicio.
La confesión de El Mayo no solo derrumba el mito del jefe invisible, también recuerda que Honduras fue un engranaje vital en su imperio, un corredor donde la política y las estructuras criminales se mezclaron peligrosamente.
🔎 La justicia avanza en los tribunales de EE.UU., pero las cicatrices que deja este fenómeno siguen abiertas en .
👉 ¿Qué opinas de que las confesiones de Zambada se crucen con los juicios que hundieron a expresidentes y políticos hondureños?
́n