09/05/2025
NOVENA AL SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA, O SEA, NUESTRA SEÑORA DE LAS ESCUELAS PÍAS.
TERCER DÍA.
Novena escrita por un sacerdote escolapio, y editada por Juan Gaspar en Barcelona en 1853. Monseñor José Domingo Costa y Borrás, Obispo de Barcelona, aprobó esta Novena y concedió 40 días de Indulgencia por cada día de la novena.
BREVE EXPLICACIÓN.
Al venerarse a María Santísima bajo la advocación de Nuestra Señora de las Escuelas Pías, debe su origen a que San José de Calasanz, tomo el sacrosanto nombre de María por escudo de armas para su Instituto, eligiendo a la Señora por su Patrona especialísima, y queriendo que tanto los profesores, como los discípulos de su Escuela, honrasen con devoción singular a la Madre de Dios.
La Novena puede ser rezada por cualquier persona y en cualquier tiempo. Soliciten la intercesión de San José de Calasanz, que a través de esta Novena se les conceda la petición solicitada, siempre y cuando esté en la Voluntad de Dios.
Arrodillados delante de alguna imagen o estampa de la Santísima Virgen, se dirá:
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN.
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS.
Oh piadosísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, dignaos admitir estos obsequios que humildemente consagramos a gloria de vuestro Nombre Sacrosanto. Indignos somos que nos escuchéis, mas vuestra piedad no sufrirá el alejarnos de Vos. Vuestro amor nos atrae, vuestra piedad nos convida, y la multitud de gracias que nos habéis dispensado en medio de nuestras iniquidades, nos obliga y empeña a bendecir con todas las ansias de nuestro corazón, las grandezas admirables de vuestra alma y de vuestras perfecciones y prerrogativas inestimables comprometidas en el Nombre Augusto y venerable que recibisteis del Cielo. Sea bendito por toda la eternidad. Alábenle las criaturas todas, del Cielo, de la Tierra y del abismo. Nosotros por todas, le bendecimos y loamos, esperando poder hacerlo eternamente en la Gloria. Amén
JACULATORIA
(de autoría de San José de Calasanz):
A tu amparo y protección, Madre de Dios, acudimos. No desprecies nuestros ruegos, Y de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita, Defiende siempre a tus hijos.
ORACIÓN PARA EL TERCER DÍA.
Oh Virgen Madre MARÍA, cuyo Nombre Augusto interpretado «Estrella del Mar» nos demuestra que fuisteis por Dios destinada para guía y consuelo de los mortales, mientras fluctuamos por el turbulento mar de este mundo. Ved, Señora, y ved con ojos compasivos cuán terribles son las olas de molestas tentaciones que nos combaten, cuán formidables los escollos de los malos ejemplos que continuamente se presentan a nuestra vista. Y nosotros, débiles, zozobramos a cada paso y perdemos el rumbo de nuestra patria.
El cielo se nos oculta, y el abismo se abre bajo nuestros pies, porque pecamos, y después que pecamos, somos acometidos de la desconfianza y de la desesperación. ¡Oh, cuantas veces, Virgen santa, si no hubiera sido por Vos, habríamos desconfiado de la divina misericordia! Bendita seáis, Madre piadosísima, que cual Estrella del mar habéis aparecido en nuestros corazones turbados con la memoria de nuestras culpas, y habéis restituido a nuestras almas la calma y la serenidad. No os ocultéis jamás a nuestra vista, no permitáis que nuestro corazón os olvide, o deje de invocaros con fervorosa confianza. Porque ciertos estamos, ¡oh MARÍA!, que siguiendo vuestra dirección no nos extraviamos, y pensando en Vos no erramos: que con vuestra ayuda no caemos, y que con vuestra protección, nada tenemos que temer; que si Vos nos guiais, no nos fatigamos, y si nos sois propicia arribaremos con felicidad al puerto de la bienaventuranza, donde por siempre cantaremos las glorias de vuestro Nombre. Amén.
Se repite la jaculatoria: «A tu amparo», etc.
Ahora se rezarán cinco Ave Marías con un Gloria en veneración de las cinco letras que componen el sagrado nombre de MARÍA, y se hará en silencio la súplica de la gracia especial que se solicita.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS.
Dulcísima y amabilísima Virgen MARÍA, que os dignasteis tomar bajo vuestra soberana protección el benéfico Instituto de las Escuelas Pías, y honrarle y defenderle con el escudo de vuestro Nombre Sacrosanto; vednos aquí, Señora, y Madre nuestra, que emulando la devoción de vuestro fervoroso y amante siervo San José de Calasanz, nos acogemos también a la sombra saludable de tan Augusto Nombre, confesándole gloria del Cielo, consuelo de los mortales, terror de los In****nos. Reconoced, ¡oh Virgen bendita!, en nosotros a vuestros hijos, acordándoos que el Unigénito del eterno Padre y también unigénito vuestro no se desdeñó de apellidarnos sus hermanos. Dadnos, os pedimos, una perpetua y devota memoria de vuestro suavísimo Nombre. Sea este como manjar dulcísimo, como sabroso alimento para nuestras almas. Ampárenos en nuestros peligros, en nuestras tribulaciones y angustias, y en la hora de nuestra muerte no pereceremos, si nos hacéis la gracia de que sepamos invocarle devotamente y con fervor. Venga también, oh Madre, sobre nosotros todos cuantos nos hemos congregado para celebrar vuestro venerable Nombre, la bendición divina que alcanzasteis de JESÚS para las Escuelas Pías. Continuad protegiendo esta santa Institución, a sus individuos, discípulos y bienhechores, para bien de la Iglesia y salvación de las almas. Logremos todos por vuestra intercesión una vida penitente, y una muerte santa en el ósculo del Señor. Amén.
GOZOS EN HONOR AL SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA
Fuisteis hermosa, MARÍA,
Bello Sol divino la Aurora:
Sednos Madre y Protectora,
Virgen de la Escuela Pía.
Arca de setim sois bella,
Labrada con tal modelo,
Que se encierra en ella el cielo,
Según lo anuncia la estrella:
Todos tenemos en ella
Para el cielo norte y guía.
Sednos Madre y Protectora,
Virgen de la Escuela Pía.
Una religión fundasteis
Que en la piedad esmerada
Siempre es de Vos auxiliada
Desde que Vos la dotasteis:
A un nuevo José nombrasteis
Por su jefe, Padre y guía.
Sednos Madre y Protectora,
Virgen de la Escuela Pía.
Siempre que el rosario os canta
Vuestro escuadrón niño y tierno,
Aterra a todo el In****no
Y al mismo Demonio espanta,
Al punto al cielo levanta,
Cantando el Ave María.
Sednos Madre y Protectora,
Virgen de la Escuela Pía.
En salud y enfermedad,
Virgen Pía os llaman todos,
Pues explicáis de mil modos
Con todos, vuestra piedad:
Halla en su necesidad
Remedio el que en Vos confía.
Sednos Madre y Protectora,
Virgen de la Escuela Pía.
Es vuestro auxilio implorado
Medicina a cualquier mal:
No hay accidente fatal
Que Vos no hayáis remediado:
Todo enfermo desahuciado
Halla en Vos la mejoría.
Sednos Madre y Protectora,
Virgen de la Escuela Pía.
Fuisteis hermosa, MARÍA,
Bello Sol divino la Aurora:
Sednos Madre y Protectora,
Virgen de la Escuela Pía.
℣. Bendito sea el Sacratísimo Nombre de María.
℞. Desde ahora y para siempre.
ORACIÓN.
Suplicámoste, oh Dios omnipotente, hagas que tus fieles, que se glorían del Nombre y de la protección de la Santísima Virgen María, por su piadosa intercesión, sean librados de todos los males de la tierra y merezcan llegar a los gozos eternos en los cielos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Inmaculada Concepción de María Santísima, Madre de Dios y Señora nuestra, concebida sin pecado original en el primer instante de su ser. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.