
07/31/2025
EL DÍA QUE MI ABUELO ME CONTO ACERCA DE CONTACTAR CON REPTILIANOS EN EL BOSQUE DE LA AMAZONIA.
Mi abuelo Manuel Estevão era un pescador nacido en 1889 y murió en 1984. Yo tenía solo 11 años cuando nos dejó. Él solía decir que cuando era joven, alrededor de sus veinte y tantos años, le gustaba pescar durante el amanecer, porque fue cuando el pez se acercaba a la superficie. Preparó cuidadosamente su máquina de coser, atándola firmemente desde un extremo del río. En ese momento, los peces buey y el piraruco abundaban en los cigarrafoots y las cabezas de río, asegurando suficientes peces. Al amanecer, volvió cargado de peces.
Mi abuelo era un hombre extremadamente curioso y contaba una historia sobre gente que vivía en un lugar que sólo él conocía. Siempre observó los extraños movimientos de la gente al otro lado del río y notó que algunos de ellos se bañaban exactamente a las 5:00 de la mañana. Uno de esos días, decidió acercarse con su canoa para averiguar quiénes eran estas personas, porque, según él, no había otro pueblo en un radio de muchos kilómetros que no fuera el suyo propio.
Antes de cruzar el río con la canoa, remó unos metros adelante, evitando dirigirse directamente a la orilla donde estaban estas "gentes". Al llegar al otro lado, escondió la canoa en una hoja de hierba en la orilla del río y permaneció escondida. Cuando estaba a unos 20 metros de distancia, dijo que no podía creer lo que vio, y dijo:
"Había seis familias... Familias de cocodrilos. Caminaban con dos piernas y tenían brazos largos como la gente normal, pero sus brazos eran similares al cuero seco. Tenían cabezas de cocodrilo pero sus narices eran pequeñas. Algunos de ellos, como niños, se arrastraron en cuatro patas con pequeños brazos y se movieron rápidamente en el agua. Ninguno de los dos estaba hablando. Se estaban comunicando a través de gestos. Pensé que eran personas que llevaban grandes caimanes mu***os en la espalda, pero no llevaban nada porque eran los propios cocodrilos. El momento más aterrador fue cuando estaban entrando en el río. Solo uno se quedó en el suelo, y este se sentó como una persona en el borde, pero claramente era un cocodrilo. "
Después del incidente, mi abuelo dijo que le tomó más de 10 minutos salir del césped porque no quería hacer ruido. Como estaba lejos de su pueblo, decidió volver al lugar donde siempre ponía su bolsa de gimnasio. En la orilla, bajo un árbol, decidió pasar la noche allí.
Mi abuela solía decir que, después de este día, mi abuelo enfermó gravemente. Nadie sabía la razón, tal vez estaba relacionado con lo que vio esa mañana. Mi abuelo falleció a los 95 años, todavía contando esa historia, afirmando que todavía estaban allí.
Ubicación: Norte de Atalaia, Valle de Javari, Estado de Amazonas, Brasil. 1915.