06/15/2025
¿POR QUÉ VENERAMOS IMÁGENES SI EL MANDAMIENTO DICE “NO HACER IMAGENES”?
Por Predicador Católico Ángel Salguero
La aparente contradicción entre el mandamiento de “no hacer imágenes” (Éxodo 20,4) y la práctica católica de venerar imágenes no es real cuando se comprende el contexto bíblico, doctrinal y tradicional.
Dios dice en Éxodo 20,4-5:
“No te harás imagen ni semejanza alguna [...] para adorarlas”.
El pecado no es hacer imágenes, sino adorarlas como si fueran dioses. Esto es idolatría.
Lo que Dios prohíbe es dar culto divino a una criatura, no representarla visualmente.
DIOS MANDO A HACER IMAGENES
En varios momentos, Dios ordenó crear imágenes sagradas:
Éxodo 25,18-20 – Dios manda hacer dos querubines de oro sobre el Arca de la Alianza.
Números 21,8-9 – Dios manda a Moisés hacer una serpiente de bronce para que quienes la miraran fueran sanados.
1 Reyes 6,23-28 – En el Templo de Salomón, Dios permitió imágenes de querubines, palmeras y flores.
Si Dios prohíbe TODA imagen, ¿por qué manda hacerlas? Porque no es la imagen el problema, sino el uso idolátrico de ella.
¿QUÉ HACE LA IGLESIA CON LAS IMAGENES?
La Iglesia no adora imágenes. Solo a Dios se adora (latría). A las imágenes se les da veneración (dulia), y en el caso de la Virgen, hiperdulía.
El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC 2132) dice:
“La veneración de imágenes sagradas se funda en el misterio de la Encarnación del Verbo de Dios. No es contraria al primer mandamiento”.
Es decir: ya que Dios se hizo visible en Cristo, ahora podemos representarlo. Antes no se podía porque Dios era invisible. Pero Jesús es la imagen visible del Dios invisible (Colosenses 1,15).
¿PARA QUÉ SIRVEN LAS IMAGENES?
Nos ayudan a recordar la vida de los santos.
Son como fotografías espirituales que elevan el alma.
Nos inspiran a imitar su fe.
Ayudan a la oración de los sencillos y los niños.
Así como conservamos fotos de nuestros seres queridos fallecidos sin que eso sea idolatría, así también veneramos imágenes de los santos para recordar su ejemplo y su intercesión.
LA TRADICIÓN APOSTOLICA LO CONFIRMA
Desde los primeros siglos, los cristianos usaban imágenes:
En las catacumbas romanas ya había pinturas de Cristo, el Buen Pastor, y la Virgen.
San Juan Damasceno (siglo VIII) defendió el uso de imágenes diciendo:
“Yo no adoro la materia, sino al Creador de la materia, que por mí se hizo materia y quiso habitar en la materia”.
EN RESUMEN; No adoramos imágenes. Veneramos lo que representan. Porque Dios se hizo visible en Cristo, podemos representarlo y honrarlo sin caer en idolatría. Las imágenes son puentes hacia lo sagrado, no fines en sí mismas.