
06/27/2025
Dentro del Imperio Fantasma de las Fianzas: La Red Familiar que Controla AFIANCOL y Está Bajo Sospecha de Fraude Financiero en América Latina
Un fraude bien vestido no se presenta con pasamontañas. Lleva traje, tiene firma registrada y sabe perfectamente cuándo cambiar de nombre. Ese parece ser el caso de una red empresarial nacida en Colombia, que bajo una apariencia legítima habría construido un esquema para emitir fianzas sin respaldo, dejando víctimas a lo largo de América Latina.
Esta es la historia de AFIANCOL, la Compañía Colombiana de Créditos y Fianzas, y el clan Lozano Rojas: una saga de nombres repetidos, sociedades espejo y una operación que —aunque muta— nunca deja de estar en familia.
El origen: Todo parecía legal… al principio
La historia comienza el 26 de junio de 2007, con la constitución de la Compañía Colombiana de Créditos y Fianzas S.A. (NIT 900.168.454-7). Su actividad: emitir garantías de cumplimiento para contratos comerciales y financieros. Su presentación: impecable.
El presidente era Juan Pablo Lozano Rojas, acompañado de su madre, Yolanda Rojas de Lozano, y José Octavio Ruiz Rojas como representante legal. Todo quedaba en familia.
La promesa era clara: facilitar transacciones seguras en un mercado donde la confianza es escasa. Pero con los años, comenzaron a aparecer denuncias. Las fianzas emitidas no eran respaldadas. Los reclamos se acumulaban. Y la empresa no respondía.
Cambio de nombre, mismo libreto
En enero de 2012, se constituye una nueva sociedad: Compañía Interamericana de Fianzas S.A.S., que poco después adopta el nombre comercial AFIANCOL Colombia S.A.S. (NIT 900.498.415-5). ¿Quién figura como presidente? Nuevamente, Juan Pablo Lozano Rojas.
La operación se trasladó de una empresa a otra, sin cambiar al personal clave ni al portafolio de servicios. La marca era nueva, pero el ADN era el mismo.
Mientras tanto, la primera empresa seguía activa en papel, y AFIANCOL empezaba a operar como su sucesora de facto. Incluso presumía “años de experiencia” contados desde 2007, aunque legalmente era una entidad distinta.
En 2022, una asamblea extraordinaria ordenó eliminar la sigla “AFIANCOL” de los registros de la empresa original. ¿La intención? Romper vínculos visibles. ¿La realidad? Las mismas personas seguían operando desde las sombras.
Sociedades espejo y herencias familiares
Hoy, AFIANCOL aparece controlada casi en su totalidad por ANESCO de Colombia S.A.S., dueña del 98% de las acciones. ANESCO, a su vez, pertenece a los hijos de Mauricio Lozano Rojas, hermano de Juan Pablo. En otras palabras: el control no salió del núcleo familiar, solo cambió de manos dentro del árbol genealógico.
El movimiento fue astuto. Pero hay un detalle clave: ANESCO amplió su objeto social para incluir la importación y exportación de contenedores. ¿Por qué es relevante? Porque varias de las denuncias contra Lozano Rojas involucran precisamente garantías emitidas para compras de contenedores que nunca se concretaron.
¿Una operación financiera o una maquinaria de fraude?
Este tipo de estructura —donde se cambia de razón social, se diversifica la propiedad entre familiares y se mantiene el mismo control operativo— no es nuevo en América Latina. Pero el caso AFIANCOL destaca por el nivel de sofisticación con el que se borran huellas sin detener el negocio.
Los afectados aún esperan justicia. Las autoridades no han cerrado el caso. Y mientras tanto, las empresas implicadas siguen funcionando, vendiendo confianza… en papel.