06/21/2024
La división de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial creó dos sistemas económicos diametralmente opuestos: la Alemania Federal (RFA), con una economía de libre mercado, y la Alemania Democrática (RDA), bajo un sistema socialista planificado. La RFA adoptó políticas de libre comercio, incentivos a la innovación y propiedad privada, lo que resultó en un notable "milagro económico" (Wirtschaftswunder) caracterizado por altos niveles de crecimiento, prosperidad y un elevado nivel de vida para sus ciudadanos. En contraste, la RDA, con su enfoque centralizado y proteccionista, sufrió de estancamiento económico, escasez de bienes y menor calidad de vida. Esta divergencia demuestra que el libre mercado, al fomentar la competencia y la eficiencia, puede generar mayor prosperidad y bienestar que sistemas igualitaristas que restringen la iniciativa privada y la competencia.