11/13/2025
🐒 “¡No se tiren, que hay pirañas!”
Un cuento divertido del gorila Fruta y sus amigos
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Era un día caluroso en la selva del Sol Brillante.
El agua del río relucía como una bandeja de cristal, y todos los animales estaban listos para darse un gran chapuzón.
—¡Vamos, amigos! —gritó Lulú la lora, abanicando sus alas verdes—. ¡El agua nos espera!
—Yo seré el primero —dijo Tito el tigre, inflando el pecho—. ¡Prepárense para la zambullida más salvaje del año!
Todos reían y saltaban de emoción.
Fruta, el gorila más grande y juguetón de la selva, estaba en una piedra, observando el río con su coco favorito en la mano.
Le decían Fruta porque siempre olía a mango, guayaba y banano (y porque nunca soltaba una fruta, ni cuando dormía).
—Un momento… —murmuró Fruta, rascándose la cabeza—. ¿Qué es eso que se mueve ahí abajo?
El agua burbujeó.
Unas sombras plateadas pasaron a toda velocidad.
—¡Ay, mi melón! —gritó Fruta de repente, poniéndose de pie—.
¡No se tiren, que hay pirañas!
Todos se quedaron congelados.
—¿Pirañas? —preguntó Coco el cocodrilo, con una ceja levantada—. ¿Y desde cuándo les tengo miedo a mis primas?
—¡No son tus primas, Coco! —chilló Lulú—. ¡Son las mordelonas del río!
Tito el tigre dio un paso atrás.
—Ehh… tal vez mejor jugamos en la orilla, ¿no?
—¡Yo no me baño con peces con dientes! —gritó Pipo el mono colgando de una rama—. ¡Mis pompis son sagradas!
Todos comenzaron a correr, saltar y esconderse detrás de los árboles.
Fruta, en medio del alboroto, resbaló con una cáscara de plátano (suya, claro) y cayó de sentón… ¡PLAF!
El río se estremeció de la risa.
Las burbujas plateadas se acercaron…
y de pronto, ¡salieron tres peces chiquitos con cara de susto!
—¡No somos pirañas! —dijeron los pececitos a coro—.
¡Somos las Pirañitas del Coro del Río! Solo cantábamos bajo el agua…
Todos se quedaron mudos.
Hasta que Lulú soltó una carcajada tan fuerte que hizo eco por toda la selva.
—¡Fruta! —dijo Coco entre risas—. ¡Asustaste a toda la selva por tres cantantes acuáticas!
Fruta se rascó la cabeza y sonrió.
—Bueno… al menos evitamos un mordisco musical.
Desde ese día, cada tarde, los animales se reúnen en el río:
Fruta toca el tambor con cocos, Lulú canta, y las Pirañitas del Coro hacen los coros con burbujas.
Y aunque todos se zambullen felices, Fruta nunca olvida revisar el agua antes de tirarse.
—Por si acaso —dice él—, ¡no vaya a ser que aparezca una piraña de verdad!