03/08/2025
Jeffrey Antonio Casaya Hernández _Daliko Casaya_ cuando el talento tropieza y la sociedad aplaude la caída.
Steven Estrada Fuentes
Hoy, las redes se inundan de burlas, y algunas páginas informativas lo señalan de intentar robar un celular. Sin embargo, a simple vista, lo que realmente ocurre es que, en su estado de embriaguez o vulnerabilidad, Daliko está reclamando algo que le pertenece. En realidad, fue a él a quien le robaron
Mira el video👉👉https://www.tiktok.com/t/ZT6UjLrow/
Yo ni lo conozco, ni soy partidario de su música, pero es parte de un sinnúmero de jóvenes en Nicaragua que desde pequeños sueñan con los que les gusta.
¿Pero dónde están ahora los que decían admirarlo? ¿Dónde están aquellos que lo compartían cuando su música era tendencia y su talento brillaba?
Daliko no es solo un joven rapero nicaragüense. Es el reflejo de una juventud que lucha por abrirse camino, que intenta surgir entre pobreza, traumas, violencia y falta de oportunidades.
Él soñó, emprendió, compuso, se atrevió a ser diferente, puso su tienda, vendía gorras, Pero hoy, frente a un video en el que aparece en estado de vulnerabilidad, presuntamente afectado por las dr**as, gran parte de esa misma sociedad que lo celebraba… lo deja solo. Peor aún: se ríe.
La droga no es una moda, ni un juego. Es una arma silenciosa, un enemigo que te abraza cuando más solo estás, cuando la mente duele y el corazón ya no encuentra salida. El crack, la piedra, esa "maldita sustancia", no solo destruye cuerpos. Destruye futuros. Mata sueños. Borra identidades.
Y mientras más videos se comparten para burlarse, menos se habla de lo esencial: la prevención, el acompañamiento, el valor de una segunda oportunidad.
Daliko necesita ayuda, no chismes. Necesita apoyo, no juicios. Porque cuando un joven se pierde, no es solo su derrota… es el reflejo de cuánto estamos fallando como sociedad y sobretodo a Dios. Todos necesitamos a Dios en nuestras vidas.
Que esta no sea solo una noticia más. Que nos sacuda. Que nos invite a dejar la burla y elegir la empatía.
Porque hoy es él… pero mañana puede ser tu hermano, tu amigo, tu hijo… , yo o incluso vos mismo. Este mundo da vueltas y todo cae por su propio peso.