Libros para todos

Libros para todos Libros de todas las plataformas en español 📚

Hace diez años, él causó un accidente que marcó a toda la ciudad. Su padre lo obligó a huir y vivir con la culpa en sile...
09/25/2025

Hace diez años, él causó un accidente que marcó a toda la ciudad. Su padre lo obligó a huir y vivir con la culpa en silencio.
Ahora, tras la muerte de su padre, regresa decidido a enfrentar sus demonios, pero el destino lo golpea con crueldad:
conoce a una chica en silla de ruedas, tan hermosa como inalcanzable…
sin imaginar que ella es la única sobreviviente del accidente que él provocó.

—Hace diez años hubo un accidente trágico en la universidad local —dijo con seguridad. No podía evidenciarse—. Necesito que investigues el nombre del fallecido o fallecida… —insinuó con suavidad—. Si hay culpables y todo lo relacionado al accidente. Te pido discreción.
Empezaba a entrever que se trataba de Priscilla.
Su asistente le miró con preocupación y apuntó en su libreta con calma, pero sus muecas lo delataron.
»¿Tienes algo que decir? —preguntó Brant cuando notó la incomodidad de su asistente.
—No sé si sea bueno que yo le hable sobre esto, Señor Heissman —dijo el hombre con temor y le ofreció una mueca.
—Hazlo —exigió Brant y le miró severo.
—Su padre me contrató para que asistiera sus necesidades, pero me pidió que jamás habláramos sobre esto…
—¡Cállate! —gritó Brant con la cara roja—. ¡Cállate! —repitió fúrico.
Respiró apurado para tranquilizarse, pero no podía. No podía creer lo que había hecho y la forma cruel en la que había vivido los últimos diez años. Había vivido como un asesino. Se lo repetía cuando se levantaba, antes de dormir y antes de subirse a un coche.
Se lo decía cada vez que podía. Se castigaba con ello, con los recuerdos y la forma en que su padre le había alejado de todo para que no fuera a prisión.
—Señor Heissman…
—Es ella, ¿verdad? —preguntó Brant con la voz temblorosa—. Es ella… dímelo… ¡dímelo! —exigió con descontrol.
El asistente le miró con pavor y, no vio al heredero fuerte y déspota de Heissman, vio a un niño asustado, intentando aceptar la culpa con la que había cargado por los últimos diez años.
Le dijo la verdad de la forma más silenciosa que pudo.
Cuando Brant entendió la verdad, se afirmó sobre sus rodillas para contenerse. Tenía ganas de vomitar, de llorar, de gritar. Tenía ganas de salir corriendo y no regresar jamás, pero toda sensación dolorosa quedó anulada cuando ella entró por la puerta.
Movía esa silla de emergencia con sus manos desprotegidas y se atrevió a ingresar a su cuarto cuando oyó sus gritos cargados de amargura.
—¡Brant! —exclamó ella, conmovida y se acercó para consolarlo.
No tenía idea de lo que estaba ocurriendo, pero se acomodó a su lado y tocó su mano para ofrecerle tranquilidad.
«La víctima consolando a su verdugo», pensó Brant y lloró desconsoladamente sobre su regazo…

🔥

Se acercó decidido…—Por fin —jadeó él sobre su boca antes de besarla.Los dos se correspondieron con un beso húmedx, apas...
09/24/2025

Se acercó decidido…
—Por fin —jadeó él sobre su boca antes de besarla.
Los dos se correspondieron con un beso húmedx, apasionadx.
Lo deseabxn todo en ese momento y, podrían haberlo tenido, de no ser por una cosa: Adrielle seguía con ellos.
Los miraba con grandes ojos mientras se metían mano y se besaban. No entendía nada, pero allí estaba, mirándolos con curiosidad.
Estaba tan relajada entre los brazos de Micaela que su tripa se soltó con tal fuerza que, los enamorados se miraron horrorizados cuando oyeron su culx soltando gases a diestra y siniestra.
Nada la detuvo y, de pronto, un intenso aroma para nada agradable inundó la oficina y ese beso apasionado que compartían los enamorados, se vio arruinado por una cagadx líquida y apestosa de mediodía.
Cortesía de la pequeña que cuidaban.
La pareja se miró con horror y se separaron a la fuerza.
Micaela podía apostar que jamás había visto tanto miedo en una mirada y, con el bebé entre sus brazos, soltó una gran carcajada, puesto que, por primera vez, no sabía qué hacer para liberarse de una situación tan incómoda.
Sin dudas, ese momento lo atesoraría para toda su vida, también la cara de Alexander.
—Micaela… ¿qué mierdx está pasando? —preguntó Alex, lleno de horror y puso muecas de asco—. ¿Qué fueron esos estallidos? —investigó asustado.
Ella siguió carcajeándose y alzó a Adrielle en el aire para acercar su nariz y olerle las pomp!s y, en cuanto la alzó sobre su cara, notó las manchas marrones traspasando la ropa blanca.
No tuvo que oler más para saber que el bebé se había ensuciado completo.
Alexander vio aquello e hizo convulsas arcadas exageradas que no se pudo contener de ninguna forma.
—Tenemos que cambiarla —anunció ella y la cara que Alexander le dedicó fue todo un poema.
—Es una broma, ¿cierto? —preguntó asustado y, cuando notó la seriedad con la que su novia le miraba, supo que no era una broma—. No, Micaela, ¡antes mu**to que sucio de…! —inhaló profundo para no ahogarse con el vómito que le subía por la garganta—. Caca…es caca…

🔥

Sport Romance. 🏒Comedia romántica. 😍Ok, voy a decirlo con todas sus letras: El nuevo tiene pestañas y son hermosas. Larg...
09/23/2025

Sport Romance. 🏒
Comedia romántica. 😍

Ok, voy a decirlo con todas sus letras: El nuevo tiene pestañas y son hermosas. Largas, curvadas y eso está jodidamente mal.
No tengo nada contra los tipos con pestañas lindas, pero las de Kane… no son de este mundo, son de portada de revista, de tutorial de TikTok, de comercial de máscara con palabras como volumen, intensidad y colágeno.
Y me jodió el cerebro, porque no es normal mirar a otro tipo a los ojos y quedarte ahí… colgado… como si algo en ti hiciera click.
Un click de los que empiezan incendios y, claro, reaccioné como todo un im***il. Hermoso, Carter. Poético, qué sensible tu corazón, bro.
Ahora el novato me esquiva la mirada como si le hubiera escupido en la sopa. No lo culpo. Fui un id**ta, pero, hey, ¿qué se suponía que debía hacer? ¡Me miró con esos ma***tos ojos de sirena del hielo! ¿Y si de verdad es…? ¿No? Nah. Aunque…
Joder.
Ahora no dejo de mirarlo.
Cuando patina, se mueve distinto. Tiene gracia y técnica, pero no tiene fuerza, ni maldad. Es todo… limpio, demasiado limpio. Y cuando se cayó, lo hizo en cámara lenta. Hasta eso fue bonito. Bonito!
A ver, ¿qué me pasa? Es un tipo. Un tipo delgado, misterioso, mudo, con cara de querer desaparecer y yo no me caliento con tipos, ni con misterios.
¿O sí? No, Rhett. Respira. Ve a golpear algo o a alguien.
Todo menos seguir mirando al novato como si fueras a escribirle un poema.
Lo peor es que ni siquiera puedo joderlo como a los demás. Me siento raro haciéndolo, como si fuera a romper algo que no entiendo.
Y encima, cuando lo miro, me mira igual. Como si supiera que yo sé que no sé qué mi**da me está pasando.
Necesito una cerveza y tal vez un test de orientación sexual.
Y otro casco. Uno que me tape el cerebro.

Ella es una chica, vestida de jugador de hockey… y él… el lo sospecha, pero ahora cree que su orientación sexual esta errada 🤣

🔥 🏒

Él le robó un “artefacto misterioso” al novato del equipo sin saber que, en realidad, es una chica…—¿Qué? —gruñí, con la...
09/19/2025

Él le robó un “artefacto misterioso” al novato del equipo sin saber que, en realidad, es una chica…

—¿Qué? —gruñí, con la boca llena de gaseosa.
Ella señaló la copita con un dedo acusador.
—¿Por qué carajxs estás bebiendo en una copa menstrual? ¿Es una especie de ritual para ganar el juego de apertura? —preguntó horrorizada—. Jesucristo, no sé si quiero saberlo.
Me quedé congelado unos segundos.
—¿Copa qué? —repetí como un estúpidx.
Ella estalló en carcajadas, doblándose de la risa.
—¡Copa menstrual, imbéc!l!
Parpadeé. Me miré la mano, la copa, y luego a ella. Escupí la gaseosa que tenía en la boca, con saliva, con todo, como si eso fuera a arreglarlo.
—¿Me estás diciendo que esta mierdx…?
—Sí. Se mete en el coñx. Bien al fondo, idiotx.
La palabra me explotó en el cerebro. COÑX.
Dios, amaba los coñxs… pero no tenía ni putx idea en qué coñx había estado metida esa copita.
—¡¿QUÉ MIERDX?! —bramé, limpiándome la boca con el brazo.
—Oh, por Dios, tu cara. ¿De verdad pensabas que era un vasito portátil? —me preguntó, mirándome como si fuera un estúpido.
—¡Me acabo de beber medio litro de Coca en un… en un…! —me pasé la lengua por los dientes con desesperación...

🔥 🔥

Cuando se inclinó para guardar los patines, no lo pensé dos veces: lo empujé contra las taquillas, de espaldas a mí.Hund...
09/16/2025

Cuando se inclinó para guardar los patines, no lo pensé dos veces: lo empujé contra las taquillas, de espaldas a mí.
Hundí la cara en su nuca, en ese ma***to cabello corto que olía a sudor limpio… y debajo, el perfume. Ese mismo perfume que ya me tenía adicto. La mezcla me enloqueció, me llevó a p**o in****no, y de rodillas.
—Jesucristo, Kane… —mi voz salió rota, descontrolada—. Si supieras lo que me haces.
Él se tensó, sí, pero no se apartó.
Solo me miró de reojo por encima del hombro, mientras me aplastaba ese c**o celestial directo contra mi pelvis.
Exacto donde mi polla estaba gritando: “aterriza aquí, cariño. Soy todo tuyo”.
—¿Quieres que me dé la vuelta para que choquemos nuestras espadas, capitán? —ironizó, refiriéndose a mi polla.
Mi mano se aferró a su cintura, firme, como si al soltarlo fuera a desaparecer.
Me incliné, la boca rozando su oreja, la respiración ardiéndole en la piel.
—¿Puedo ir más lejos? —pregunté, excitado, medio gruñido, medio súplica.
Silencio. Un segundo eterno. Él respiraba contra mi pecho, al mismo ma***to ritmo que yo.
—Hasta donde quieras —susurró.
No dudé. Llevé la otra mano directo a su c**o y lo apreté fuerte, los dedos marcando sobre la tela húmeda del pantalón de entrenamiento.
La forma era demasiado perfecta para un chico.
Jadeé contra su cuello y me atreví a besarlo, sin control, con la lengua probando su sudor. Salado, caliente, mejor de lo que debería.
Él contuvo un gemido, uno que no sonó nada masculino y eso me voló la p**a cabeza.
—Mierda… —murmuré, hundiendo la nariz en su piel—. Esto no es normal. No eres normal.
Lo toqué otra vez, más descarado, los dedos recorriendo cada curva como si quisiera memorizarla. Y ahí estaba: Kane, pegado contra las taquillas, respirando fuerte y dejándome hacerlo.
Y yo, con la polla dura, sabiendo que esta vez había cruzado una línea de la que ya no iba a volver...

🏒

Me lancé directo a sus cajones, queriendo encontrar la evidencia de que Julian se escondía aquí, pero solo encontré ropa...
09/13/2025

Me lancé directo a sus cajones, queriendo encontrar la evidencia de que Julian se escondía aquí, pero solo encontré ropa de chica. Toda.
Nada de Julian. Ningún disfraz. Solo ella.
Sujetadores diminutos, encaje, colores suaves… tan jxdidamente pequeños que me pregunté dónde demonios se las metía.
Los sostuve en la mano, dándoles la vuelta como si fueran una prueba de laboratorio. Ni siquiera me cubrían la palma.
Me los llevé al rostro, cerrando los ojos un segundo. Olor a ella. A limpio, a piel, a ese perfume que me estaba volviendo adicto.
Mi pxlla reaccionó de inmediato, d4ra, agradecida.
—Jesucristo… —murmuré, sonriendo como un ma***to degeneradx.
Imaginármela dentro de esos pedazos de tela fue suficiente para que me dxliera.
Tetxs pequeñas, perfectas, marcadas por estas cops transparentes… mi l3ngua recorriéndolas hasta desaparec3r el encaje.
Satisfxcción pura. La certeza de que debajo del uniforme existía una chica de verdad. Mi chica.

🏈 🏒

Rhett Carter, apoyado contra la pared, un vaso en mano, el ceño fruncido como si me odiara, pero los ojos clavados en mí...
09/12/2025

Rhett Carter, apoyado contra la pared, un vaso en mano, el ceño fruncido como si me odiara, pero los ojos clavados en mí como si quisiera arrancarme de ahí a mordidas.
Le sonreí, traviesa.
Me giré, dejándome atrapar por un par de futbolistas que me rodearon de inmediato, pero él seguía ahí, un depredador en medio de la multitud.
Y entonces pasó.
El capitán atravesó la pista como si fuera suya. Violentx, decidido, con esa energía que hacía retroceder a cualquiera.
Los futbolistas que me rodeaban se apartaron como fichas de dominó. Yo no. Yo me quedé quieta, mirándolo venir con esos ojos encendidos de locura y fuego.
—¿Qué…? ¡Cálmate, im***il! —gritó Chloe, sabiendo lo que iba a ocurrir, con los ojos abiertos como platos.
—Ella viene conmigo.
Y, sin darme opción, me levantó en vilo. Un brazo bajo mis muslos, otra en mi cintura, mi cuerpo doblado sobre su hombro.
Los gritos y risas explotaron a nuestro alrededor:
“¡Adelante, capitán!”
“¡Eso es, Carter!”
“¡Secuestro legal!”
“¡Reclama lo que es tuyo!”
—¡Bájame, ma***to cavernícola! —le grité, la voz rota entre rabia y adrenalina.
Pero él no me escuchó y subió las escaleras con pasos largos y firmes, cada músc**o tensándose bajo mi cuerpo como acero vivo.
Me llevó hasta una habitación al fondo de la casa y me soltó en la cama sin nada de compasión, como si estuviera furioso.
Contuve la respiración. Su aliento mezclado de menta, cerveza y aftershave me golpeó como una drxga pel!grosa, directo a la sangre.
Su muslo, gruesx y firme, se deslizó entre mis piernas, obligándome a sentirlo.
Intenté no pensar en eso, en cómo mi coñx empezaba a latir como un segundo corazón.
—¿Quién carajos eres en realidad? —gruñó, atrapando un mechón de mi cabello entre sus dedos y mirándolo con curiosidad.
Sonreí despacio, ladeando la cabeza como si me divirtiera.
—Juliet Kane. Patinadora, ¿no lo sabías? Todo Google lo confirma.
—Mientes como respiras, conejita. —Ese apodo, el mismo de las duchas, me atravesó. Tragué duro, fingiendo calma—. Mientes como patinas.
—¿Disculpa? —me ofendí, arqueando una ceja—. Y no me llames conejita. No soy una de esas malditas conejitas de hockey…
Se rio cruel y me miró divertido.
—Joder, ¿qué escondes debajo de esas malditas mallas? —Sus manos bajaron por mis medias negras.
Su mano rozó mi muslo con un descaro que me arrancó un escalofrío.
Sonreí traviesa.
—¿Quieres averiguarlo tú mismo, capitán? Seguro estás listo para la sorpresa…

🔥 📚

✨ Ella es una patinadora que se infiltró en un equipo masculino de hockey.Su plan: volver más fuerte después del acciden...
09/09/2025

✨ Ella es una patinadora que se infiltró en un equipo masculino de hockey.
Su plan: volver más fuerte después del accidente.
Su meta: regresar al hielo como estrella del patinaje.
Su error: pensar que podría resistirse al capitán.
Su verdadero obstác**o: el capitán que sospecha que es una chica.🏒❄️🔥

Con un movimiento lento, subí la máscara con la que se escondía hasta la mitad de su cara. Solo un poco, pero lo suficiente para exponer esa boca.
—Qué putxs labios tan tentadores… —murmuré, suspirando sobre ellos.
Cerró los ojos, dejándose arrastrar por el calor de mi aliento.
—No sabía que te gustaban los hombres, capitán… —susurró, venenoso.
Un gruñido me arrancó del pecho. Lo empujé más fuerte contra las baldosas.
—Cierra la malditx boca… —espeté.
Atrevidx, bajé la mano. Toqué su pechx durx y me obligué a pensar: los protectores…pero seguí bajando, por el abdomen, por su cintura estrechx, por la entrepierna.
Me metí entre los acolchados de los pantalonxs de hockey y ahí estaba, algo gruesx, algo que me hizo apretar el ceño.
Vivo y húmedx por el sudor. Sentí cómo se movía contra mi palma.
Un grito me desgarró la garganta.
—¡Ahhhh! ¡Qué carajxs, Julian! ¡Qué ma***to ascx!
Lo solté de golpe, retrocediendo como si me hubiera quemado, y salí disparado hacia otro cubíc**o. Me incliné sobre el retrete y vxmité. Arcadas violentas, una tras otra, como si pudiera arrancarme la sensación de la piel.
Grande, vivx. Jxdidamente real. Tenía pxlla, joder. ¡Julian tenía pxlla! Mi p4ta cabeza explotó.
Las arcadas no paraban, venían cada vez que lo recordaba, en la punta de mis dedos.
Me ahogaba con mi propio ascx, con la repulsión, con la confusión.
Y de fondo… su malditx risa.
Kane riéndose, fuerte, descarado, como si acabara de anotar el gol más sucio de la historia.

📚 📚 🔥

En su primera vez, ella se desmayó, así que, en este segundo intento, le pide que no vaya tan… profundo. 😳—¿Estás segura...
09/05/2025

En su primera vez, ella se desmayó, así que, en este segundo intento, le pide que no vaya tan… profundo. 😳

—¿Estás segura? —pregunto, sin aire—. Jxder, Lorraine… no quiero que te desmayes otra vez.
Ella gira el rostro, con esa sonrisa que me rompe el alma:
—No ocurrirá otra vez —dice, aunque su respiración dice otra cosa. Luego se sienta sobre sus talones y me mira con esos ojos color miel—. Bueno, no estoy segura. No vayas tan…
—¿Tan qué? —pregunto agitado.
—Tan profundx —dice por fin.
—¿Qué? —Jadex fuerte.
Sí. Podría corrermx ahora mismo. Sería el mayor fracaso de la historia del deporte.
La chica que se desmayó cabalgandx al rugbier, y el rugbier que se vinx solo con mirarle el culx. Hermoso legado. Podrían escribir un libro adolescente sobre nosotros.
Line-out. Así lo llamaría.
—No sé si puedo hacer eso —digo.
Ella enrojece.
—Marshall…
—Lorraine…
—Solo… contrólate —intenta ordenar.
Me muerdo una sonrisa.
—No sé si puedo hacer eso, Lorraine —repito.
—¿No puedes controlarte?
—No. Jxder, Lorraine, no. —Me cuesta hasta respirar—. Ni siquiera sé cómo he aguantado hasta ahora —confieso. Me mira con las cejas alzadas—. Si, malditx sea. Bienvenida a mi mundo.
Se inclina para besarme dulcemente.

📚 🏈

Él le robó un “artefacto íntimo” al novato más misterioso del equipo y todavía no sabe que ese chico de ojos de sirena e...
09/04/2025

Él le robó un “artefacto íntimo” al novato más misterioso del equipo y todavía no sabe que ese chico de ojos de sirena es en realidad una chica escondiendo todos sus secretos bajo el uniforme.

Casi me atraganto al escuchar el grito femenino.
—¿Qué? —gruñí, con la boca llena de gaseosa.
Ella señaló la copita con un dedo acusador.
—¿Por qué carajxs estás bebiendo en una copa menstrual? ¿Es una especie de ritual para ganar el juego de apertura? —preguntó horrorizada—. Jesucristo, no sé si quiero saberlo.
Me quedé congelado unos segundos.
—¿Copa qué? —repetí como un estúpidx.
Ella estalló en carcajadas, doblándose de la risa.
—¡Copa menstrual, imbéc!l!
Parpadeé. Una, dos veces. Me miré la mano, la copa, y luego a ella. Escupí la gaseosa que tenía en la boca, con saliva, con todo, como si eso fuera a arreglarlo.
—¿Me estás diciendo que esta mierdx…?
—Sí. Se mete en el coñx. Bien al fondo, idiotx.
La palabra me explotó en el cerebro. COÑX.
Dios, amaba los coñxs o al menos eso suponía… pero no tenía ni putx idea en qué coñx había estado metida esa copita.
—¡¿QUÉ MIERDX?! —bramé, limpiándome la boca con el brazo.
—Oh, por Dios, tu cara. ¿De verdad pensabas que era un vasito portátil? —me preguntó, mirándome como si fuera un estúpido.
—¡Me acabo de beber medio litro de Coca en un… en un…! —me pasé la lengua por los dientes con desesperación...

🔥 🔥

Ella es una chica infiltrada en un equipo de hockey masculino y está torturando al capitán… una verdadera tortura. 😋🥸Me ...
09/02/2025

Ella es una chica infiltrada en un equipo de hockey masculino y está torturando al capitán… una verdadera tortura. 😋🥸

Me puse a hacer flexiones a su lado. Sincronizado, competitivo, perdido por las razones equivocadas y, entonces, decidió romper el ma***to silencio.
Giró el rostro, me sonrió y, sin anestesia, me lanzó:
—Tienes cara de necesitar una novia, Rhett.
BOOM. Explosión nuclear. El gimnasio entero colapsó.
—¡UHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!
Troy se revolcó en el suelo. Luca aplaudía como una foca desquiciada. Hasta el entrenador alzó la ceja.
Y yo lo miré. Lo miré como si hubiera firmado su sentencia.
—¿Muy gracioso? —espeté.
Kane me sostuvo la mirada, sonriendo con descaro, con pecado en la sonrisa y una maldita peca justo en la curva del labio superior. Una peca. ¿Quién demonios tiene una peca tan perfecta justo ahí? Qué p**a tentación.
—Cien vueltas —solté.
—¿Qué?
—Cien vueltas a la pista. Ya mismo —ordené furioso.
No sabía qué me estaba jodiendo más: si él o esa maldita peca que tenía justo donde quería besar.
—¿Me estás jodiendx? —preguntó furioso.
Y se levantó, frente a mí. Pequeño, rojo, jodidamente hermoso. Y yo tragué duro, porque por dentro era el p**o cuatro de julio: con fuegos artificiales, alarmas encendidas, y una parte de mí deseando que explotara todo.
—¿Yo parezco estar bromeando, Julian?
Suspiró resignado y dejó caer los hombros. Dos cosas redondas, pequeñas… que seguro cabían en mis manos.
Y no. ¡No! Nada de su cuerpo debía caber en mis manos. Nada debía sentirse tan moldeable, tan fácil de imaginar, tan malditamente deseable.
Lo vi empezar a correr, resignado, pequeño, hermoso hasta sudando, con el gorro ladeado, los mechones dorados bailando al ritmo de su castigo.
Yo me fui al vestidor, caminando rápido, respirando por la nariz como si eso sirviera de algo. Abrí el casillero y grité como cavernícola con ataque de nervios, como si pudiera sacarme el deseo a gritos.
Entré a la ducha con ropa y todo. Abrí el agua helada, la más fría y, entonces, lo sentí. Mi mejor amigo, mi compañero de guerra. Alzándose, firme y listo para traicionarme.
—Mierda… —susurré.
Estaba erectx. Erectísimx…

🔥

Una patinadora infiltrada en un equipo masculino de hockey… y cada roce con el capitán hace que su secreto esté a punto ...
08/30/2025

Una patinadora infiltrada en un equipo masculino de hockey… y cada roce con el capitán hace que su secreto esté a punto de explotar. 🏒❄️🔥

Cuando llegó la segunda ronda, no pude evitarlo.
—Disculpe —le dije al camarero, forzando la voz grave—. ¿Cuántas calorías tiene esta cerveza? —El camarero me miró como si me hubiera crecido una segunda cabeza—. ¿Tendrá una versión light? —insistí.
Los chicos casi se caen de la silla de la risa.
—Este cabrón… —soltó uno—. Qué p**o sentido del humor tiene… —Todos seguían riendo.
Me levanté de golpe y aproveché de ese momento para escabullirme. Necesitaba escapar al baño, donde las chicas podían ser libres.
Y, claro, casi entré al baño de chicas, porque de seguro esos dos sorbos de cerveza estaban causando daño en mi cerebro.
Retrocedí tan rápido que choqué de lleno contra un pecho sólido, duro como piedra. Levanté la vista. Rhett.
Sus ojos oscuros estaban detallándome tan profundamente que casi chillé por el susto.
—¿Perdido? —preguntó, mirando el baño de chicas con mala cara—. No sé qué demonios escondes, Kane —dijo bajo, brutal, masculino, tan cerca—, pero voy a descubrirlo.
Me giré, poniéndome agresiva.
—No escondo nada, im***il.
Lo malo fue que mi tono salió chillón, y encima di un brinquito involuntario mientras hablaba.
Rhett arqueó una ceja.
—¿Siempre discutes y brincas? —preguntó, divertido, y levantó la mano para apoyarla en mi gorra, como para detener mi escándalo de miniatura.
Su palma me cubrió la cabeza entera como si fuera un niño.
—¡Quita! —espeté, dando otro salto inútil para zafarme.
Rhett sonrió de lado.
—Eres tan pequeño que podría aplastarte como un mosquito.
Y entonces ocurrió.
Se inclinó más, demasiado. Me empujó contra la pared, gesto competitivo, sí, de macho alfa, pero para mí fue un cortocircuito.
El roce. Su cuerpo y mi secreto.
Gemí. Un gemido bajo, imposible de ocultar.
Rhett se quedó congelado. Sus ojos, oscuros, me recorrieron entero. Parecía en shock, como si no entendiera qué demonios había pasado.
—Qué… mi**da… —susurró, con la mirada fija en mi boca.
Respiró hondo, como si estuviera peleando contra sí mismo, como si cada inspiración lo quemara por dentro.
Su pecho rozó el mío y un gruñido bajo, gutural, se le escapó con rabia contenida.
—Hueles… jodidamente bien… —murmuró, apenas audible, como si las palabras fueran un pecado.
Yo no respondí. No podía. Mi corazón latía como si el hielo que intentaba mantener frío estuviera a punto de quebrarse, porque estaba jugando con fuego sobre hielo.
Y tarde o temprano… el deshielo iba a arrastrarme.
🏒

Address

New City, NY

Website

Alerts

Be the first to know and let us send you an email when Libros para todos posts news and promotions. Your email address will not be used for any other purpose, and you can unsubscribe at any time.

Share