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Cada sábado, un imponente motociclista se reúne con una niña en un McDonald's, pero hoy, el gerente finalmente llamó a l...
10/05/2025

Cada sábado, un imponente motociclista se reúne con una niña en un McDonald's, pero hoy, el gerente finalmente llamó a la policía.
El gigante vestido de cuero, con tatuajes de calaveras que trepaban por su cuello y una cicatriz desvaída que cruzaba su frente, llevaba seis meses asistiendo. Siempre pedía dos Cajitas Felices, una Coca-Cola para él y un jugo de manzana para ella, y se sentaba en la misma mesa del rincón. A las doce en punto, una niña de seis años con trenzas castañas llegaba, dejada por una mujer en una camioneta que nunca bajaba del vehículo.
Otros clientes se quejaban. Él parecía "peligroso" e "inapropiado cerca de niños", especialmente cuando la pequeña corría hacia él, gritando "¡Tío Lobo!", y se subía a sus enormes brazos tatuados para un abrazo que parecía capaz de aplastarla.
Ayer, tres oficiales llegaron para investigar lo que todos asumían era un depredador manipulando a una menor. Lo que descubrieron dejó al restaurante entero en un silencio sepulcral.
La niña, Sofía, vio a los policías primero. Su rostro palideció. Agarró el brazo del motociclista con sus manitas. "¿También te van a llevar? ¿Como se llevaron a papá?"
El motociclista, a quien todos llamaban Lobo, puso su enorme mano suavemente sobre la cabeza de la niña, protegiendo su rostro de la escena. "Nadie me llevará a ningún lado, pequeña. No hemos hecho nada malo." Pero sus ojos, agudos y alerta, ya evaluaban las salidas, observaban las manos de los oficiales, leían sus posturas. Quince años en la Marina y diez como jefe de seguridad de los Halcones Nómadas MC le habían enseñado a leer una situación en segundos.
El oficial principal, un hombre llamado Ramírez, se acercó con cautela. "Señor, hemos recibido algunas quejas—"
"Tengo documentación legal," interrumpió Lobo, su voz un murmullo grave y tranquilo. Con cuidado, alcanzó el bolsillo interno de su chaleco de cuero, moviéndose lentamente para no alarmar a nadie. Sacó un documento judicial laminado, doblado en cuatro, y se lo entregó.
El oficial lo tomó, su expresión cautelosa. Mientras leía, su máscara profesional se desvaneció, reemplazada por una mezcla de incredulidad y respeto. Leyó una frase en voz baja a sus compañeros. "Es un acuerdo de visitas ordenado por la corte."
Miró a Lobo y luego a la asustada niña que se escondía tras su brazo. "¿Su nombre es Miguel Torres?"
"Me llaman Lobo," respondió.
El oficial Ramírez carraspeó y se volvió hacia el restaurante, ahora silencioso y atento. "Para información de todos," anunció con un tono oficial y reprobador, "este hombre es el señor Miguel 'Lobo' Torres. Es el visitante designado por la corte para esta niña, Sofía Vargas, actuando en nombre de su padre, el sargento Javier 'Cuervo' Vargas." Levantó el documento. "Este es un acuerdo legal y vinculante, gestionado por un juez de familia. Estas reuniones no solo son legales, están protegidas por la ley."
Una ola de vergüenza recorrió el comedor. El gerente que hizo la llamada de pronto pareció muy interesado en limpiar un mostrador impecable.
La historia, que el oficial Ramírez reconstruyó y que Lobo nunca habría contado, era sencilla y desgarradora. Lobo y Cuervo habían servido juntos en dos misiones en Irak. Eran hermanos en un sentido que la sangre no podía definir. Hace un año, Cuervo, ahora padre soltero, cometió un error terrible. Una pelea en un bar, un hombre que golpeó su cabeza contra el suelo—no fue as*****to, sino homicidio involuntario. Estaba cumpliendo una condena de seis años.
La madre de Sofía, que se había vuelto a casar, no quería saber nada de su exesposo ni de sus amigos "forajidos". Intentó cortar todo contacto, diciéndole a Sofía que su padre se había ido para siempre. Desde la cárcel, Cuervo luchó contra ella. No podía ver a su hija, pero no soportaba la idea de que lo olvidara o pensara que no la amaba. Así que presentó una petición a la corte y nombró al único hombre en el mundo en quien confiaba la vida de su hija: su hermano, Lobo.
El juez, al ver la hostilidad de la madre, llegó a un compromiso. El padre no podía estar presente, pero su hermano designado sí. Una hora, cada sábado, en un lugar público y neutral. La misión de Lobo era simple: mantener vivo el amor de un padre en el corazón de su hija. Le contaba historias sobre su papá, le entregaba cartas que él escribía y tomaba fotos para enviarlas a la prisión. Era un vínculo vivo y respirante con un padre que ella no podía ver.
El oficial Ramírez devolvió el documento a Lobo. "Es usted un buen hombre, señor Torres," dijo en voz baja.
Lobo solo asintió, sus ojos fijos en Sofía. "Solo cumplo una promesa a mi hermano."
Ramírez se volvió hacia el gerente. "Si vuelve a tener un problema con este hombre o esta niña en su restaurante, llámeme directamente a mí. No al 911." Luego miró a los demás clientes. "Y que esto sea una lección para todos ustedes sobre juzgar un libro por su portada."
Los policías se fueron. El restaurante quedó tan silencioso que se podía escuchar el zumbido de la máquina de hielo. Lobo volvió a sentarse en la mesa, la tensión abandonando sus anchos hombros. Empujó la Cajita Feliz hacia Sofía, y ambos reanudaron su ritual sagrado de los sábados. Un rudo motociclista tatuado y una niña con trenzas, compartiendo papas fritas en una mesa del rincón que, durante una hora a la semana, se convertía en la iglesia más sagrada de la ciudad. Bendiciones

El toro invitó a sus amigos a un banquete.—No voy a aportar nada, porque ya estoy prestando mi casa —dijo.El perro aprov...
10/01/2025

El toro invitó a sus amigos a un banquete.
—No voy a aportar nada, porque ya estoy prestando mi casa —dijo.

El perro aprovechó y añadió:
—Yo aportaré un hueso que encontré el otro día y que todavía tiene un poco de carne.

El caballo también intervino:
—Yo puedo contribuir con un pedazo de queso que sobró del carnaval del año pasado. Está un poco rancio, pero aún no se ha puesto verde.

Todos miraron a la gallina, esperando escuchar su contribución.

—Ah, claro… entonces, ¿el resto lo pongo yo? —balbuceó la gallina—. Supongo que sí… la leña, el arroz, los frijoles y el trabajo. Solo falto yo…

El día del banquete, la gallina llegó temprano con un pañuelo atado en la cabeza y un machete en la mano. Estaba sudorosa, cubierta de ceniza, cargando la leña que le costó cortar. También trajo el arroz, los frijoles y el maíz.

El trabajo era enorme. Tanto, que al momento de poner la sal en los frijoles, sin querer se le fue un poco de más. ¡Quedaron salados!

Los invitados llegaron por la noche, cuando todo ya estaba listo.

El caballo entregó el queso, se sirvió un plato bien grande y, al probar los frijoles, se quejó:

—Ay no, gallina, ¿esto es sal con frijoles o frijoles con sal? ¡Jajaja!

La gallina se aclaró la garganta, contuvo las lágrimas y fingió estar alegre mientras seguía trabajando.

Después llegó el perro con su hueso, que ya estaba casi puro pellejo. Lo dejó a un lado, se sirvió un plato bien grande y también reclamó:

—¡Oye! ¿Qué te pasa? ¿Acaso piensas que somos toros para que estemos lamiendo sal?

El único que no se quejó fue el toro (porque a los toros les gusta la sal).

La gallina corrió a su casa y trajo más frijoles, esta vez unos frijoles finos de calidad. Los sazonó con la cantidad exacta de sal y el olor que salió de la olla llenó toda la casa.

El caballo y el perro se sirvieron dos veces. Comieron felices, pero ni siquiera se acordaron de darle las gracias a la gallina.

Toda la fiesta la gallina se la pasó en la cocina trabajando, mientras los demás reían y contaban historias sin siquiera pensar en ella.

Cuando la fiesta terminó, los animales se fueron uno a uno. Se despidieron entre ellos, pero nadie entró a la cocina para agradecer a la gallina ni despedirse de ella.

Exhausta, la gallina buscó algo para comer, pero no había nada. Solo encontró en el fondo de la olla una costra de frijoles secos. Con el estómago rugiendo, se apretó el cinturón y comenzó a lavar los platos y a limpiar el desastre que habían dejado.

Esto pasaba en todas las fiestas. Venían, se divertían y se iban. Nunca recordaban a la gallina, no notaban su ausencia, porque siempre estaba en la cocina dándolo todo.

Hasta que un día, en una fiesta como esas, la gallina no estuvo.

Ese día solo había queso podrido y huesos secos. No había comida sabrosa, no había leña, no había quien cocinara. No había frijoles de calidad como los que solo ella sabía hacer.

La fiesta perdió su gracia y, por primera vez, la recordaron.

Salieron a buscarla, no porque la extrañaran, sino porque la necesitaban.

—¡Vamos a su casa! ¿Sabes dónde vive?
—No…
—Yo tampoco…

Después de unas horas, pasaron frente a una cueva fría y abandonada. Desde el fondo, se escuchaba una voz que decía:

—Perdóname, mamá… yo solo quería proteger a la familia…

Eran las últimas palabras de la gallina antes de desaparecer.

Su voz quedó atrapada en el eco de la cueva. Los animales entraron con la esperanza de encontrarla, pero ella ya no estaba. Solo el eco de su voz se repetía una y otra vez.

Los animales corrieron a la casa del chivo, su único amigo, para buscar respuestas.

—¿Dónde está la gallina? ¿Por qué vivía en una cueva? ¿Por qué nunca nos dijo que no tenía una casa? ¿Por qué su voz sigue resonando allí, pidiendo perdón a su madre?

El chivo suspiró y respondió:

—¿De verdad no lo saben?

—Ella trabajó para ustedes todo este tiempo y ni siquiera se dieron cuenta de que no tenía un hogar. ¿Qué clase de amigos son? Ni siquiera sabían que no tenía familia.

El toro, el caballo y el perro se miraron sin saber qué decir.

Entonces, el chivo les contó la verdad:

—Hace mucho tiempo, ella vivía en un gallinero y tenía una familia feliz. Pero un día, una serpiente entró y la gallina luchó valientemente para defender a los suyos, mientras sus hermanas corrían a esconderse en los árboles.

La serpiente la mordió y, en lugar de agradecerle, su familia la echó, temiendo que el veneno se propagara. Desde entonces, nunca tuvo un hogar ni una familia. Vivía en esa cueva y, mientras sostenía el mundo de ustedes, su propia vida se desmoronaba.

Les daba alegría, les brindaba placer, pero en las noches solo su almohada sabía cuántas lágrimas derramaba.

El toro, el caballo y el perro abrieron los ojos con asombro y bajaron la mirada.

—¿Quieren saber dónde está? —preguntó el chivo.

—Se hundió en una profunda depresión y ya no tiene fuerzas para seguir trabajando gratis para ustedes. Yo la saqué de esa cueva y ahora la estoy cuidando.



Una historia que muchos viven en silencio.

En la vida hay muchas personas como la gallina de esta historia. Personas que hacen todo por los demás, que se esfuerzan para ver felices a los otros, que cargan con los problemas de todos mientras sus propias vidas son un desastre.

Personas que ríen durante el día, pero en la noche mojan su almohada con lágrimas...

Créditos al autor ✍️. Bendiciones

Mientras todos pensábamos que lo más loco en la vecindad era Don Ramón debiéndole la renta 😅, resulta que La Chilindrina...
09/23/2025

Mientras todos pensábamos que lo más loco en la vecindad era Don Ramón debiéndole la renta 😅, resulta que La Chilindrina también tenía su propio secreto bien guardado… ¡una pequeña bendición en camino! 👶✨

Durante las grabaciones de El Chavo del 8, María Antonieta de las Nieves quedó embarazada, y al inicio nadie lo notó gracias a la magia del vestuario. Los genios detrás de escena hicieron de las suyas ocultando su pancita con jumpers, vestidos anchos y los clásicos tirantes de su personaje 🧵🪄. Nadie sospechaba nada, porque La Chilindrina seguía corriendo, gritando y llorando como siempre, dándole vida a esa niña traviesa que todos amamos.

Pero claro, llegó un momento en que el truco no dio para más. En el octavo mes ya no había manera de esconder la barriga, y la producción decidió “despedir” momentáneamente a la Chilindrina con una excusa dentro del guion: que se iba a Guanajuato a visitar a sus tías 🏡✌️. Así fue como se justificó su ausencia en la serie.

¿Sabes cuál fue uno de los últimos capítulos que grabó ya con la pancita? El famoso episodio en el que aparece devorándose el pastel que le habían hecho al Profesor Jirafales. Y como era de esperarse… ¡se lo come ella solita! 🍰🤣 Una escena icónica que ahora, con este dato, tiene un sabor todavía más especial.

🎶 Y aquí viene el giro romántico de la historia: el papá del bebé fue Gabriel Fernández Carrasco, el mismísimo cantante que entonaba el inolvidable intro del programa. Sí, la voz que nos daba la bienvenida a cada capítulo fue también parte de esta historia de amor 💘. Así, entre canciones, carcajadas y cámaras, nació una familia que hasta hoy sigue siendo parte del recuerdo más entrañable de la televisión latinoamericana 💖.

Porque si algo tenía El Chavo del 8, más allá de la comedia, era ese toque humano que unía a todos: actores, músicos y espectadores. Una mezcla de amor, trabajo en equipo y anécdotas que hoy forman parte de la cultura popular. Bendiciones

Muchos juzgan al papá que siempre parece enojado, al que habla fuerte, al que levanta la voz. Pero pocos entienden que d...
09/21/2025

Muchos juzgan al papá que siempre parece enojado, al que habla fuerte, al que levanta la voz. Pero pocos entienden que detrás de ese carácter hay cansancio, preocupación y una vida de responsabilidades cargadas en sus hombros.

No es que no ame, al contrario… ama tanto que se preocupa. Su forma de proteger a veces no es suave, porque la vida tampoco lo fue con él. Ese papá que regaña, que parece duro, es el mismo que se desvela pensando en cómo darte lo que necesitas.

Un padre enojón no es malo, es humano… y su enojo muchas veces es solo la máscara de un corazón lleno de amor y miedo a fallarte. Bendiciones 💛

En 1974, Sylvester Stallone era un hombre de rodillas. Tenía un guión roto en sus manos, pocas esperanzas y un futuro qu...
09/20/2025

En 1974, Sylvester Stallone era un hombre de rodillas. Tenía un guión roto en sus manos, pocas esperanzas y un futuro que parecía cerrado en cada puerta. Nadie quería oír hablar de él. Nadie más que uno.

En una oficina de casting anónima, sentado solo con la mirada apagada y una carpeta desgastada bajo el brazo, Stallone cruzó a Henry Winkler. En aquel entonces, Winkler ya era una estrella en ascenso gracias a Happy Days. Podría haber disparado directamente. Pero no lo hizo.

Porque cuando Stallone empezó a hablar de su guión, algo cambió. Winkler lo miró a los ojos y vio algo. "Había una luz dentro de él", habría dicho años después. "Él creía en esa historia más de lo que creía en cualquier otra cosa. ”

Esa historia era Rocky. Lo escribió en unos días, después de ver la pelea a ciegas entre Ali y Wepner. Dentro de esas páginas estaban su ira, sus fracasos, sus sueños. Lo propuso en todas partes, recibiendo sólo rechazos. Todos la querían, pero solo si el protagonista fuera un actor famoso. Stallone siempre decía que no. Tenía que ser él o algo así.

Y así se quedó sin nada.

Pero Winkler, esa noche, se llevó el guión a casa. Lo leíste todo a la vez. Y al día siguiente, llamó a su agente: "Este tipo está en algo. Está crudo. Pero cierto. Es auténtico. ”

El oficial Jackie Lewis conoció a Stallone. Lo tomó bajo su ala. Juntos comenzaron a empujar ese guión en el lugar correcto. Y finalmente, llegaron los productores Irwin Winkler y Robert Chartoff. Estar intrigado, ser golpeado. Artistas United aceptados ...... pero solo con un nombre importante como protagonista. Semental una vez más se negó. Y al final, ganó.

Con un presupuesto reducido y cero garantías, nació Rocky. Y con él, una leyenda.

Más tarde, Stallone dijo: "Henry fue el primero en Hollywood no sólo en darme una palmada en la espalda. Él siguió adelante. Él ha abierto una puerta para mí. Sin él, Rocky no existiría. ”

Winkler nunca se jactó de ello. No buscó títulos, ni mérito. Pero quién estaba allí, sabía.

En 1988, durante una entrevista televisiva, dijo: "Pensé que el mundo necesitaba ver lo que este chico estaba dentro. ” Una frase susurrada, vale más que mil declaraciones.

Y Stallone nunca lo ha olvidado. Años después, cuando Rocky Balboa vino al cine, dijo: "Henry no solo me ayudó. Ella creyó en mí cuando no había razón para hacerlo. ”

Hay otro momento, poco conocido, que dice quiénes eran realmente. Después del éxito de Rocky, Stallone recibió docenas de propuestas. Uno de estos fue para la película The One and Only. Él se negó. Pero él dijo a los productores: "Deberías hablar con Henry Winkler. "Lo hice. Y Winkler hace el papel.

La película no hizo historia. Pero el gesto sí.

Años después, Winkler habría dicho: "No me debía nada. Pero él pensó en mí de todos modos. Esto vale más que cualquier premio. ”

Lo que Henry Winkler hizo no fue una estrategia. Reconociendo una chispa en la oscuridad. Sin pedir nada a cambio. Sin querer aparecer. Solo un silencioso salto de fe, que cambió una vida. Y dejó, en las sombras, una de las mayores huellas en la historia del cine. Bendiciones

  / Lo que comenzó como un sueño construido con esfuerzo y esperanza, terminó en una pesadilla marcada por la traición. ...
09/20/2025

/ Lo que comenzó como un sueño construido con esfuerzo y esperanza, terminó en una pesadilla marcada por la traición. La historia de José Andrés Quituisaca y su esposa María Enríquez refleja una de las caras más dolorosas de la migración: cuando la confianza en la familia se convierte en la razón del sufrimiento.

Hace más de una década, José Andrés dejó el país para buscar un mejor futuro en Estados Unidos. Desde allá, cada dólar enviado al Ecuador tenía un propósito: levantar su propia casa en la parroquia de Cumbe, un hogar donde planeaba vivir con su familia al regresar. El dinero fue administrado por sus propios padres y hermanos, personas en quienes depositó su total confianza.

Con el tiempo, la casa se construyó. Pero lo que parecía un triunfo familiar, pronto se convirtió en una amarga traición.

Desalojado por su propia sangre

A pesar de ser quien financió la vivienda, José Andrés fue desalojado de su propia casa por orden judicial, con apoyo de la fuerza pública. La orden fue solicitada por sus propios padres y hermanos, quienes ahora reclaman la propiedad como suya.

Las imágenes del desalojo circularon entre los vecinos de Cumbe, generando indignación y conmoción. El dolor de Andrés y María no era solo por perder un bien material, sino por sentir que quienes un día cobijaron en su mesa y ayudaron, fueron los mismos que ahora los dejaron en la calle.

“No se trata solo de una casa, sino de una vida entera de sacrificios. Yo no quería una mansión, solo quería volver y estar en lo mío”, expresó José Andrés entre lágrimas.

Más que una pérdida material

Este caso no solo deja en evidencia las grietas en los vínculos familiares, sino también en el sistema que, muchas veces, no logra proteger a quienes desde el extranjero sostienen con remesas a todo un país.

“La traición duele más cuando viene de la sangre, de quienes criaste, ayudaste o pensaste que te esperarían con los brazos abiertos. Hoy celebran lo que no construyeron”, dijo una vecina cercana a la familia, quien no ocultó su indignación.

Una reflexión necesaria

La historia de Andrés y María es también un llamado a la reflexión: la confianza es un acto sagrado, especialmente cuando se trata del sacrificio de migrantes que dejan todo por sus seres queridos. En un país donde miles de familias sobreviven gracias al esfuerzo de quienes viven fuera, estas historias duelen el doble.

Aunque la justicia humana haya fallado, queda la esperanza de que la vida y el tiempo pongan cada cosa en su lugar. Bendiciones

Antes de convertirme en "El Padrino", dormí en un sofá prestado, soñando con conseguir hasta el papel más pequeño.Mi nom...
09/13/2025

Antes de convertirme en "El Padrino", dormí en un sofá prestado, soñando con conseguir hasta el papel más pequeño.

Mi nombre es Alfredo James Pacino. Nací en East Harlem, Nueva York. Mi padre se fue cuando yo era solo un niño, y mi madre — luchando por llegar a fin de mes— me crió lo mejor que pudo.

No teníamos lujos, ni planes para el futuro. Apenas tuvimos suficiente por hoy.

A los 17, dejé la escuela y trabajé donde podía: repartiendo productos, marcando cines, incluso limpiando oficinas.

Pero en el fondo, mi alma pertenecía al escenario, incluso si muy pocos lo sabían.

Intenté entrar en todas las escuelas de actuación que pude encontrar... y fue rechazado muchas veces. Dormí en casa de amigos, a veces incluso en las calles. Hubo días en los que no comía bien, pero nunca me perdí un ensayo.

Vivía en un pequeño apartamento lleno de cucarachas y techos con goteras.

Aún así, me desperté todos los días con la esperanza de que alguien, algún día, me viera actuar.

Y finalmente - alguien lo hizo.

Cuando recibí la llamada para El Padrino, no todos en el estudio estaban convencidos. Dijeron que era demasiado bajo, no lo suficientemente "comandante" como para interpretar a Michael Corleone.

Pero Francis Ford Coppola creyó en mí.

Y con ese papel... mi vida cambió para siempre.

Entonces vino Scarface, Aroma de Mujer, Heat... Pero cada personaje que interpreté era más que un papel - era una cicatriz disfrazada de diálogo. Porque no solo estaba actuando. Estaba sobreviviendo a través de mi arte.

"Al Pacino no nació con un camino pavimentado... Lo construyó con cada 'no', cada lágrima, y cada noche cuando actuar era lo único que lo mantenía vivo. "

"Algunas vidas no se salvan por la suerte... Se salvan por la pasión. "

– Al Pacino

Bendiciones

🍔 Trabajó 27 años en Burger King sin faltar ni un solo día y la empresa lo "premió" con una bolsa de dulces, una taza y ...
09/03/2025

🍔 Trabajó 27 años en Burger King sin faltar ni un solo día y la empresa lo "premió" con una bolsa de dulces, una taza y un boleto de cine.

Kevin Ford pasaba sus jornadas en el Burger King del aeropuerto de Las Vegas. Día tras día, durante casi tres décadas, cumplió con su trabajo sin ausentarse ni una vez. Cuando llegó a los 27 años de servicio, lo “premiaron” con ese obsequio simbólico.

Su reacción fue humilde: agradeció el gesto. Pero el video donde mostraba el regalo se viralizó y la indignación creció en redes sociales. Miles de personas sintieron que no era justo para alguien que había dado tanto tiempo de su vida a un trabajo sin faltar jamás.

Fue entonces cuando su hija abrió una campaña en 'GoFundMe'. La meta era de apenas 200 dólares para ayudarlo un poco. Pero lo sorprendente vino después: la recaudación superó los 400,000 dólares gracias al apoyo de miles de desconocidos.

Con ese dinero, Kevin pudo comprarse una casa, reencontrarse con sus nietos y poner en marcha un food truck junto a su hija.

¿Tú qué opinas: fue justo el reconocimiento que le dio la empresa después de tantos años, o crees que no tenían obligación?. Bendiciones

“Me decían que una mujer negra no podía ser estrella… yo les respondía con sabor, tumbao y mi voz bien alta.” 🎤🔥Nací en ...
09/03/2025

“Me decían que una mujer negra no podía ser estrella… yo les respondía con sabor, tumbao y mi voz bien alta.” 🎤🔥

Nací en La Habana, Cuba, en un barrio humilde donde la música salía sola desde las ventanas. Mi familia no tenía mucho, pero sí tenía amor. Desde chiquita cantaba en la escuela, en la iglesia, donde me dejaran. Pero cuando dije que quería dedicarme a la música, muchos me miraron con burla… y otros con desprecio. Me dijeron que eso no era para una mujer como yo. Pero yo tenía algo claro: mi voz no venía para quedarse callada. 🎶🌺
Entrar a La Sonora Matancera fue un reto. Era la única mujer, y no todos me querían ahí. Tenía que demostrar dos veces más que podía con el peso del show. Pero lo hice, con disciplina, con fuerza… y con alegría. Y justo cuando mi carrera despegaba, lo perdí todo: mi tierra, mi gente, mi Cuba. Tuve que salir y nunca más pude volver. Eso me partió el alma, pero también me enseñó a cantar con más sentimiento que nunca. 🌎💔

Fui aplaudida en muchos países, pero siempre llevaba ese pedacito de nostalgia conmigo. Hubo momentos en los que lloré sola tras bastidores, porque el público me daba amor, pero la ausencia de mis raíces dolía fuerte. Aun así, cada vez que decía “¡azúcar!”, era para recordarme que la vida, con todo y lo amarga, se puede endulzar si no dejas de bailar. 🥁👑

“No importa de dónde vienes, ni cuánto te cierren las puertas… si tienes sabor en el alma, el mundo entero te va a escuchar.” 💃🌟
— Celia Cruz. Bendiciones

La canción que Nelson Ned escribió con el alma hecha pedazos. Nació del dolor más profundo. Ella se fue sin mirar atrás,...
08/12/2025

La canción que Nelson Ned escribió con el alma hecha pedazos. Nació del dolor más profundo. Ella se fue sin mirar atrás, dejándolo solo, herido, como si sus sentimientos no valieran nada. Él, desconcertado, solo pudo preguntarle con el corazón en la mano. ¿Acaso yo soy tu juguete? Pero no hubo respuesta. Su alma rota encontró consuelo en lo único que sabía hacer bien, escribir. Y así, acompañado solo por una botella de tequila, transformó su dolor en música. De ese desahogo nació una canción que marcaría para siempre su vida. Yo también soy sentimental. Nelson Ned convirtió esas palabras en su grito de dolor, su manera de ser escuchado por un mundo que a veces no entiende la sensibilidad del corazón. No fue solo una canción, fue su historia hecha melodía, fue el eco de miles de corazones rotos que encontraron en su voz un refugio. A través de esa letra, con el alma hecha pedazos, Nelson Ned dejó claro que sentir profundamente no es debilidad, sino una forma poderosa de transformar el sufrimiento en arte.

El 28 de julio de 1991, mientras cantaba en plena feria ganadera de Tuluá, Colombia, Olimpo Cárdenas se desplomó en el e...
07/31/2025

El 28 de julio de 1991, mientras cantaba en plena feria ganadera de Tuluá, Colombia, Olimpo Cárdenas se desplomó en el escenario y murió de un infarto. Tenía 68 años y había dicho muchas veces que quería morir así: cantando. Nacido en Vinces, Ecuador, en 1923, creció huérfano en Guayaquil y comenzó su carrera en dúos y tríos, hasta ser fichado por Discos Victoria tras un incidente con sus compañeros del Trío Emperador. Grabó más de 70 discos y cerca de 750 canciones, con éxitos como “Fatalidad”, “Nuestro juramento”, “Lágrimas de amor” y “Tu duda y la mía”. Vivió en México una década, pero fue en Colombia donde consolidó su leyenda.

¡Su amor por él era infinito! Hijo de Chespirito 'abre su corazón' y confiesa que su madre perdonó infidelidad de Robert...
07/04/2025

¡Su amor por él era infinito! Hijo de Chespirito 'abre su corazón' y confiesa que su madre perdonó infidelidad de Roberto Gómez Bolaños con Florinda Meza: “Nunca dejó de apoyarla, a mi madre nunca le faltó nada” 💔🥹🕊️

Roberto Gómez Fernández rompió el silencio sobre la historia íntima de sus padres, Roberto Gómez Bolaños “Chespirito” y Graciela Fernández, revelando que, a pesar de la infidelidad que marcó su separación, su madre decidió perdonar a su padre y jamás volvió a tener una pareja. “Tomó la decisión desde temprana hora de que no volvería a tener pareja”, declaró el productor en una entrevista conmovida por la memoria de su madre.

Gómez Fernández recordó que su madre estuvo con Chespirito desde sus inicios, cuando aún no era famoso. “Se enamoró de Roberto, de verlo desde abajo hasta ser El Chavo del 8, cuando era el más conocido”, dijo con orgullo, destacando el profundo vínculo que los unía desde jóvenes. Pese al dolor que trajo la infidelidad, Graciela nunca habló mal de él y se mantuvo firme en su cariño: “No, ni tuvo novios ni nada, que sepamos”, expresó.

Aún separados, Chespirito nunca se desligó del bienestar de Graciela, como resaltó su hijo: "Nunca dejó de apoyar a mi madre en lo económico; a mi madre nunca le faltó nada". La historia de ambos concluyó con una nota de respeto y afecto mutuo: ella falleció en 2013 y él un año después, pero el lazo que los unió se mantuvo más allá del amor romántico, dejando una profunda lección sobre el perdón y el respeto.

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