08/19/2025
Unos meros meros de una cadena famosa de pollo frito llegan al Vaticano pa’ hablar con el Papa y le dicen:
– Santidad, mire, le soltamos diez milloncitos de dólares si cambia tantito el Padre Nuestro, nomás pa’ que en lugar de decir:
“…Danos hoy nuestro pan de cada día”,
mejor diga: “…Danos hoy nuestro pollito de cada día”.
El Papa se les queda viendo con cara de “¿qué les pasa?”, y les dice que nel, que eso no se puede.
Los empresarios no se rajan y suben la oferta: 20 millones de dólares.
El Papa otra vez que no.
Total, llegan hasta mil millones de dólares y le dicen:
– Piénselo, Santo Padre… con esa plata la Iglesia puede hacer un chorro de obras buenas. Lo único que tiene que hacer es cambiarle tantito al rezo:
“…Danos hoy nuestro pollito de cada día”.
El Papa se queda pensativo, entra a su despacho, agarra el teléfono rojo que conecta directo al cielo y marca:
– ¡Hola buenas, San Pedro! ¿Me pasas al Patrón?
– Está ocupado, ¿qué se le ofrece?
– Nomás quería que me checaras una cosita… ¿Cuándo fregados se nos vence el contrato con los panaderos?