10/08/2025
Mi querido humano,
Veo que estás llorando, porque es mi momento de irme. No llores, por favor. Quiero explicarte algunas cosas.
Estás triste porque me fui, pero me alegro de haberte conocido.
¿Cuántos perros, gatos y pájaros como yo mueren a diario sin conocer a alguien especial como tú?
Sé que te entristece mi partida, pero tenía que irme ya.
Quiero pedirte que no te culpes por nada. Te oí sollozar diciendo que deberías haber hecho algo más por mí. ¡No digas eso, has hecho mucho por mí! Sin ti no habría sabido nada de la belleza que llevo conmigo hoy.
Debes saber que los animales vivimos intensamente el presente y somos muy sabios: disfrutamos cada detalle de cada día y olvidamos rápidamente el mal pasado.
Nuestras vidas comienzan cuando conocemos el amor, el mismo amor que me diste, mi ángel sin alas y dos piernas. Sepan que, incluso si encuentran a un animal gravemente herido y solo les queda poco tiempo en este mundo, prestan un gran servicio al acompañarlo en su transición final.
A nadie le gusta estar solo, excepto cuando nos damos cuenta de que es hora de partir.
Quizás para ustedes no sea tan importante que uno de ustedes esté a nuestro lado, acariciándonos y tomándonos la pata, nos ayude a ir en paz.
Basta de llantos, por favor. Seré feliz. Tengo en la memoria el nombre que me dieron, el calor de su hogar que en este tiempo se convirtió en el mío. Me llevo el sonido de su voz hablándome, aunque no siempre entienda lo que me decían.
Llevo en mi corazón cada caricia que me dieron.
Todo lo que hicieron fue muy valioso para mí y les agradezco infinitamente. No sé cómo decírselo, porque no hablo su idioma, pero seguro que en mis ojos vieron mi gratitud.
Solo les voy a pedir dos favores. Lávense la cara y sonrían. Recuerda lo bien que vivimos estos momentos juntos, recuerda las travesuras que hice para animarte. Revive como yo todo lo bueno que compartimos en este tiempo.
Y no digas que no adoptarás otro animal, porque has sufrido mucho por mi partida.