12/01/2025
En los últimos días muchas personas están amedrentadas por el resultado de las elecciones presidenciales y por los anuncios de deportaciones masivas que el presidente electo ha hecho. Pero el pueblo de Dios debe recordar que ningún presidente es Dios. Solo Dios tiene la última palabra en cada cosa en todo lo que se hace debajo del sol. Nuestras vidas no dependen de lo que los hombres digan o hagan, dependemos de lo que Dios ha dicho que hará con sus hijos. Si confiamos en ÉL y le obedecemos haciendo las cosas correctas, aunque eso nos cueste algún precio, ÉL mismo se encargará de guardar y proteger a sus hijos. Lo triste sería que, como hijos de Dios, negáramos la fe, haciendo barbaridades contrarias al Evangelio, robando, mintiendo o defraudando, etc. Eso sí que debe preocuparnos porque por más que digamos que somos cristianos, en realidad NO LO SOMOS y habremos dado espacio al enemigo para que la
justicia humana y legal se imponga. Hoy veremos cómo la jornada de la vida de fe se parece tanto a la vida de un inmigrante porque los siervos de Dios estamos de paso por este mundo porque somos extranjeros y peregrinos.